Tal vez la lluvia opacó la visita de las personas en los panteones de la capital del estado, pero no sus creencias y tradiciones en el Día de Muertos, declarado en 2003 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Los visitantes se cubrieron con sillas, paraguas y palanganas del aguacero que azotó la tarde del 2 de noviembre. En tanto que una mujer Integrante de la Caravana de Madres Migrantes Mesoamericanas llora por querer encontrar a sus muertos, o quizás, con la poca esperanza de verlo con vida.
Por otro lado, maestros cerraron de nueva cuenta la avenida Gregorio Méndez a la altura de la Secretaría de Educación exigiendo que liberen los recursos para sus pagos. Mientras ellos levantan la voz, otros callan en el silencio de una siesta en pleno debate a la eliminación de la evaluación docente en el Congreso del Estado.
Curiosamente un joven camina se encontraba entretenido con el celular en pleno changarro esperando la llegada de clientes.