La tarde del 15 de diciembre, el Foro Cultural Viva Villahermosa fue de desmenuzar el género periodístico de la crónica alrededor del libro "Breve encuentro con los otros", con el autor, Kristian Antonio Cerino, los comentaristas Jaime Ruiz Ortiz y Mario Cerino Madrigal, y el moderador Wilbert Albert de la Cruz.
Al final, el promotor de ese espacio de reunión cultural, Víctor Sámano Labastida, anunció que con la relación de la crónica cerraban las actividades que serán retomadas para el 2024. "Ya están programadas dos presentaciones", adelantó.
EL AMIGO
Ruiz Ortiz, el prologuista, dijo que a Antonio Cerino, con quien tiene una gran amistad de hermano, lo conoció en la universidad, "juntos hemos librado varias batallas periodísticas y literarias", lo mismo que con el cronista de Jalpa de Méndez, Mario Cerino Madrigal, campeón nacional de oratoria.
"Breve encuentro con los otros" es resultado de tres editoriales: la de la UJAT, Bibliófagos, de Cerino Madrigal, y Altazor, de Ruiz Ortiz; describe: consta de 76 páginas, la portada es del pintor Darío Villasis de Cárdenas y tiene seis relatos divididos en dos secciones: "Gabo y Gaba" y "Entre cristos y danzantes".
Hace más de 20 años, lo conocí estudiando la carrera de Comunicación en la UJAT -recuerda Ruiz Ortiz-, delgado a decir basta, claro de piel, dinámico, era un relámpago en reposo a sus 16 años; el estudiante más joven, casi un niño.
En el libro, a doña Gaba la describe de niña en el playón de Villahermosa, en aquel entonces una ciudad nada peligrosa.
Cuando realizó su servicio social en Telereportaje, recuerda Ruiz Ortiz, publicó entrevistas, relatos, reportajes; desde sus portales Salida de emergencia y Libreta de mar criticaba a los políticos y altos funcionarios, sabía acomodar la espina, mientras que la mayoría de reporteros se distraía con los temas oficiales, con el boletín.
Antonio Cerino es un lector voraz, disciplinado, por las mañanas antes de que salga el sol lee poemas de Gutiérrez Nájera, lee cuando hace fila para un trámite, regala libros en el día del cumpleaños.
"Celebramos con unos tacos, cuando fue a comunicarme en 2004 de que le habían otorgado el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo, tenía apenas 25 años", festejó.
El también escritor, Ruiz Ortiz calificó a las crónicas de Antonio Cerino de fotografías en busca de la eternidad. Contar que el poeta Ciprián Cabrera Jasso, miembro de la Academia Mexicana, el poeta de la barba blanca, selló un diálogo con Antonio Cerno: Pues sigue usted escribiendo.
EL MAESTROMario Cerino Madrigal va directo al género periodístico de la crónica: conjuga la noticia, el reportaje y el análisis: presenta la particular visión del autor.
La crónica apela más a la emoción que a la razón, dijo y citó a los griegos antiguos: la crónica es la llave para abrir el corazón de los lectores; los antiguos griegos decían que el papel del corazón no debe estar supeditado al cerebro.
Concluyó en que si el corazón deja de latir, lo más probable es que terminemos muriendo.
A esa explicación fisiológica, los griegos la trasladaron a muchos otros campos, entre ellos, al de la narrativa en general y en la literatura en particular.
- Cerino Madrigal ejemplificó.
Si escribo: es una tarde lluviosa, solo ofrece información; pero, si escribo: en el ocaso del día el cielo ruge y suelta un desgarrador llanto, lo que estoy haciendo no es escribir, sino describir y apelar a la emoción.
Para escribir crónica, dijo, es necesario tener una lengua muy larga, no en el sentido peyorativo, y Kristian Antonio la tiene, es un gran lector.
EL AUTOR- Cronista al fin, Kristian Antonio Cerino registró y pasó lista: maestro Erasmo, Lucero del Alba, Juan Villegas y su padre, Juan López, Carlos Vera, Eric Madrazo, Eduardo Vargas, Rosalía Ábalos, Lorenzo Malasangre, mi familia, mi esposa, Katy Herrera, Cheque, Liliana Almeida, Víctor Sámano, ingeniero Valdivia.
Su participación, dijo, consistió en las anotaciones que fue haciendo de las presentaciones.
- Y sí, este libro busca trascender al tiempo, que quede en algunas estanterías, en espacios de amigos y estar ubicado, un tanto ambicioso, al lado de la tradición periodística de Francisco J Santamaría, con sus semblanzas tabasqueñas y Crónica del destierro, de Pepe Bulnes, con Tipos tabasqueños y en el periodismo contemporáneo, al lado de Isidoro Pedrero Totosaus, con vidas que alumbran.
Este libro -dijo- es el cimiento para construir otros libros que ya estamos editando, vamos buscando a estos personajes que merecen un tratamiento especial.
Diario Presente publica sus crónicas sin importar la extensión, aunque no lo hace muy seguido porque "preparar una crónica semanal no es como un sándwich, por eso publico dos veces al año una crónica extensa, que deje tiempo y espacio a la lectura, escritura, revisar y reescribir".
Relató de su entrevista con el Capitán Beuló, cuando su barco ya no estaba en funcionamiento, atracado frente a Plaza de Armas, solamente esperaba que lo sacarán del Grijalva para llevarlo al museo Papagayo.
También detalló que la novela está integrada por géneros, como la de El Quijote, que tiene letanías, cartas, cuentos; que su narrativa muestra el yo poético para decirle al lector aquí estoy, voy contigo.
Me preocupan quienes dicen que no leen para no contaminarse -señaló- pero, la posibilidad de escribir son las lecturas constantes, eso es lo de la lengua larga, para el dominio de la hoja en blanco.
Recomendó que cuando al escribir las palabras no digan nada, volver a empezar, hasta que las palabras digan lo que quieres decir, porque las palabras juegan, las palabras retumban, las palabras son palpitantes; en ese momento te convences de que el texto va por un buen camino.
Por eso, dijo, el cronista alumbra al otro, es el que enciende la luz de la lectura con las palabras; la caravana solo es caravana mientras está en movimiento.