Aunque en Tabasco deja parte de su vida y su alma, pues en esta tierra yace el cuerpo de Ledimil, su única hija, víctima de feminicidio, Leocadia Liriano Bonifacio pide a Dios que pronto pueda iniciar su vida de cero de la mano de su nieto que es todo lo que tiene.
A cuatro años de que la vida le cambiara por completo, cuando recibió una llamada en la que su yerno le informaba que su hija había sido “secuestrada”, lo que hizo que decidiera venirse a Tabasco a buscarla y que le dieran una noticia dos meses después que se encontraba su cuerpo a orillas del río Grijalva, la cual no termina de asimilar, señaló que no ha tenido un día de descanso.
“Sólo le pido a Dios que me den la custodia completa de mi nieto, porque no me voy a ir del país hasta que no me la den, es todo lo que tengo de mi hija, su único recuerdo, se parece tanto a ella y hemos pasado traumas sobre traumas, porque no ha sido nada fácil esto”, refirió.
La mujer originaria de República Dominicana, quien era guía de turista, para lo que tuvo que estudiar incluso biología, entre otras carreras, con las que pretende rehacer su vida de la mano de su nieto, a quien pretende darle la felicidad que Ledimil quería, dijo que después de que dieran 50 años de cárcel a la pareja de su hija y padre de su nieto, esta satisfecha con la sentencia a la cual no pretende apelar, pues ahora su lucha es por tener una custodia al cien por ciento, pues desde hace un mes tiene la temporal.
“Me quedo tranquila con la sentencia que le dieron al asesino de mi hija, a ella, no me la van a devolver con nada... hay cosas que uno quiere, pero que no se pueden, me quedo tranquila con eso, no pienso hacer nada mas que enfocarme a lo del niño, para tratar de reconstruir mi vida y la de mi nieto, empezaremos de cero, en todo el sentido de la palabra”, expuso, en entrevista con el Sistema Informativo de Tabasco (SIT), con una profunda tristeza.
Comentó que los años que ha pasado en la entidad, después de la muerte de su hija, no han sido fáciles, pues en Costa Rica, donde vivía tuvo que trabajar dos turnos para poder solventar sus gastos en México y aquí ha leído la ley, para poder darle seguimiento al caso de su hija y de su nieto.
“No ha sido fácil, ni siquiera he podido vivir mi duelo, sigo esperando la llamada de mi hija cada tarde, para preguntarme qué hago, cómo estoy... son cosas que duelen mucho...”, externó.
Sin embargo, indicó que ha recibido ayuda de muchas personas que conocían a su hija y otras que no, lo cual agradece mucho, pues Dios les ha tocado su corazón.
“Ahora, sólo espero ciertos procesos protocolos y estoy pendiente de que se cumplan los tiempos, para irme con mi nieto, espero que sea lo más pronto posible”, apuntó.
SU HIJA VIVÍA AMENAZADA
En la charla, dijo que lamentablemente después de que murió su hija se enteró del infierno que vivía con su agresor y feminicida, quien tenía una orden de restricción, la amenazaba, la golpeaba, le quemaba su ropa y hasta le tenía retenido sus documentos y los de su nieto, para que no salieran del país.
“Se aprovechaba porque no tenía familia aquí y tenía todos sus documentos y de su hijo, la amenazaba con llamar a migración para que la deportaran, pese a que estaba legalmente en el país, sólo que él tenía sus documentos... fue un infierno que vivió”, subrayó.
Al finalizar la charla, dio un mensaje a los jóvenes principalmente, respecto a que los padres hacen todo por el bien de los hijos y tienen un sexto sentido que muchas veces los hijos ignoran por la inmadurez y falta de sensatez.
“Fui joven y por eso, les digo que las cosas no son así de fácil y deben atender el consejo de sus padres, de sus abuelos, porque a veces creen más en otras personas que ni siquiera han conocido... es importante que escuchen a sus padres, no se dejen llevar por los sentimientos o mentiras, porque muchas personas los engañan y se aprovechan de su inmadurez”, agregó.
Cabe recordar que Ledimil conoció a su pareja por internet, quien después de viajar varias veces a Costa Rica la enamora y se la trae a vivir a Villahermosa, donde tienen un hijo y donde sufre de maltratos que ocasionaron que se levantara una carpeta de investigación en la fiscalía de la cual ordenan una orden de restricción que el agresor no cumplía, a tal grado que tiempo después, la asesinó.
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