Calor, sufrimiento y desesperación es lo que vive la familia Gómez López al estar bajo las ardientes láminas de su hogar, dijo Armando Gómez Hernández, jefe de la familia, “hay que soportar, pues así nos toco vivir”, agregó.
Con un ventilador y un garrafón para cinco personas es como tienen que pasar los días, pues aseguran no pueden salir de su hogar, ya que afuera el sol quema, por lo que a veces suelen echar agua en las láminas para refrescar por dentro aunque sea por un rato.
“Solo tenemos que aguantar el calor y con un solo ventilador, a veces no se soporta y nos tenemos que soplar con periódicos o abanicos, inclusive nos escapamos a plazas comerciales para sentarnos a agarrar el fresco y regresamos cuando el sol se está metiendo”, dijo.
Enfatizó que por las noches es cuando no se siente tanto, pues la lámina se enfría, pero a partir de las 10 de la mañana empieza el martirio, provocando a veces diarrea y fiebre a los niños.
“A veces pasamos el día sin comer, inclusive sin agua, y tenemos que ver como hacerle para que pasemos el día, por que si no mis hijos se enferman a cada nada, y a esto le unes el calor que se encierra aquí dentro, es algo desesperante”, comentó.
Con sus caras tímidas, pies de descalzos y piel sudorosa señala que estar en su casa “es vivir dentro de un horno”.
Puntualizó que para "engañar al cuerpo" tratan de bañarse cinco veces al dia, y aunque saben que desperdician más agua, es la única manera en que ellos pueden sentirse por un momento frescos.
ych