Jonuta,Tab.- Con más de 300 años de existencia el santo patrono del pueblo católico “Señor de Salud” es venerado por nuestros antepasados hasta las actuales generaciones ya que realizan milagros en curar enfermos y distintas carencias, los fieles recurren a todos los días al Cristo Negro orando y pidiéndoles con una fe infinita y ahora más ante lo complejo de la situación de la vida misma.
Al respecto la egresada de la Carrera de Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de las Américas en el estado de Puebla, la jonuteca Shanik David expuso que realizó un trabajo en ocasión de la fiesta del Cristo Negro y que compartió, partiendo de la interrogante ¿Qué es lo que genera devoción hacia las imágenes religiosas?
En base a las investigaciones que realizó la informante señalo que algunas personas afirman que son los milagros que realizan para curar a los enfermos o para proteger al pueblo en el cual se encuentran, pero en el caso del Señor de la Salud, algunas personas de Jonuta coinciden que la devoción que se tiene hacia el santo patrono es una respuesta a la persecución religiosa que se dio entre las décadas de los 20’s y 30’s en el estado de Tabasco.
Y es que indico que los católicos se aferraron a su fe y a sus ritos, lo cual se ve reflejado en nuestros días en la devoción y adoración de los símbolos de la religión y en el poder de congregación que pueden tener los eventos de la iglesia, como lo fue el día 23 de agosto de 2009.
Ese día, agregó una peregrinación de aproximadamente 900 personas (algunos señalan que fueron más) acompañaron a la imagen del Señor de la Salud, en su visita a Palizada, Campeche, donde se unió por segunda vez con la imagen de San Joaquín. La visita tiene varias lecturas interesantes: por un lado, se puede ver como la visita de un nieto a su abuelo, ya que, de acuerdo con la Biblia, San Joaquín es el padre de la Virgen María.
Por otro lado, algunos afirman que esta visita tiene un significado más profundo, fue una visita de agradecimiento, ya que en la persecución garridista, la imagen del Señor de la Salud fue refugiada en Palizada para evitar su destrucción ordenada por el gobierno. Para entender un poco más el valor de este día, es importante adentrarnos un poco en la historia de la imagen y de la relación entre los pueblos de Jonuta y Palizada.
Pueblos hermanos.
Fue más allá al exponer que de acuerdo con datos históricos que vertió en su momento el ex tinto maestro y cronista de la ciudad Omar Huerta Escalante, la relación entre Jonuta y Palizada pueblos data de muchos siglos atrás. En el tiempo de los mayas, ambos asentamientos eran parte de una de las principales rutas de los mayas, para unir a las poblaciones de la costa de Ciudad del Carmen con Palenque, pasando por Xicalango, Palizada, Jonuta, Tepetitan y Macuspana.
Posteriormente, agrego que durante los años de la colonia se estableció una ruta comercial por medio de canoas, sirviendo Jonuta de enlace entre la costa y el alto Usumacinta. En esta época, los dos pueblos tenían un solo gobernante, el cual regía los asuntos de ambos como si fueran uno sólo; esto llevo a una serie de conflictos, sobre todo por el problema de en dónde viviría el regente, por lo que se separaron y tuvieron gobiernos autónomos.
Huerta Escalante narró que otra de las razones por las cuales hay tanta hermandad entre ambos pueblos es porque muchas personas tienen familiares en uno u otro pueblo, “las familias en realidad fundaron los pueblos, tanto las de Jonuta como las de Palizada, todos tenían relación y a pesar de que en aquel tiempo no había las comodidades de traslado que hay hoy en día, a pie podía ir la gente divertida a Palizada, luego en bicicleta o en los cayucos”.
Posteriormente, dijo que esta relación serviría de protección a la imagen del santo patrón de Jonuta, el Señor de la Salud. En 1928 comenzó en el estado de Tabasco una campaña antirreligiosa, impulsada por el entonces senador federal Tomás Garrido Canabal, quien basándose en ideas extremistas socialistas afirmaba que era necesario erradicar la religión en Tabasco para sacar a la población de su atraso ideológico y educativo.
Destacó que en esta campaña se destruyeron templos religiosos, se incineraron imágenes bíblicas, se prohibió el uso de cruces en los cementerios, se cambiaron los nombres a calles o ciudades que tuvieran referencias religiosas, se castigaba el ejercicio sacerdotal y se instauraron ferias y carnavales en fechas en las que se hicieran fiestas religiosas.
Fue en esa época, aseguró que se ordenó que la imagen del Señor de la Salud fuera arrojada el río Usumacinta, cuenta cómo los encargados de cumplir con la orden en lugar de tirar la imagen arrojaron a las aguas un tronco de tinto para que sonara el impacto de algo cayendo al agua, luego siguieron el río hasta llegar a un punto donde los esperaban otras personas en otro cayuco para esconder la imagen.
“Lo llevaron a Palizada, donde personas católicas lo escondieron provisionalmente” explica el historiador, “después lo trasladaron a una especie de tumba en uno de los montículos que había en Mariché”; en este lugar estuvo escondido por muchos años el Señor de la Salud, y año con año se llevaba a cabo su fiesta patronal, a la cual asistía gente de Jonuta.
Fue en 1940, cinco años después de acabar la campaña garridista, que la imagen logró regresó a Jonuta, entrando por el río Usumacinta, en alusión a su ruta de escape años atrás. Años después, la señora Rosa Rea, residente de Jonuta, recibió un paquete de la ciudad de México, el cual contenía todas las joyas y adornos de la imagen del Señor de la Salud que le fueron quitadas por personas del gobierno durante la época de la persecución religiosa.
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