El Servicio Postal Mexicano languidece, a casi nadie se le ocurriría hoy en día acudir a la oficina de correos a comprar estampillas y mandar una carta, que tardará días en llegar, si puede enviar un mensaje de texto, de voz, fotos en segundos.
Y es que aquellos sobres personales con hojas escritas a mano y dobladas con cuidado en tres partes, se han ido perdiendo cada vez más entre cajas de diversos tamaños: en Jonuta, como en el resto del país, el correo ahora se utiliza sobre todo para enviar paquetes
A pocos días de la celebración del Día del Cartero, cuya fecha es el 12 de noviembre en el país, los carteros resisten a extinguir esta labor, donde existen quedan pocos que trabajan con rutas largas y salarios muy bajos.
Sus bonos se han ido reduciendo conforme disminuye el número de usuarios, todo como parte del efecto de la tecnología, pues hoy las instalaciones del Servicio Postal en este municipio lucen deterioradas lo que avizora una lenta agonía.
Como cada mañana desde hace 28 años, José Luis Rodríguez Gómez llegó a la oficina recoger la carga que distribuirá durante el día y en una breve platica sostenida con él, ha aceptado que este servicio está siendo casi obsoleto, si no fuera por los paquetes que reciben y deben entregar en domicilios particulares.
Viste el característico uniforme, con su chaleco, su credencial a la vista, un silbato, un escáner y unos zapatos negros, maltratados por el tiempo y el asfalto, pero él es uno de los miles de carteros que existen en la República Mexicana y para una población de 126 millones de personas.
Dijo que no le costó trabajo integrarse a las filas de este ejército civil que en conjunto recorre kilómetros por tierra en promedio cada día, de acuerdo con datos de Correos de México (antes Servicio Postal Mexicano, Sepomex).