En los últimos cinco años, los problemas en menores de edad han ido a la alza, sobre todo los relacionados con pubertad precoz, así como trastornos alimenticios.
Sobre este tema, la doctora Guillermina Chablé Cupil, endocrinóloga pediatra, comentó que la pandemia de COVID-19 ha contribuido significativamente al aumento de los casos de pubertad precoz en niños y niñas.
Explicó que este fenómeno se caracteriza por la aparición de caracteres sexuales antes de los ocho años en las niñas y antes de los nueve en los niños.
La doctora Chablé relató el caso de una niña de seis años que comenzó a menstruar, alarmando a su madreLa especialista aclaró que esta situación no es aislada y que, de hecho, ha habido un aumento del 200% en la incidencia de pubertad precoz en los últimos años.
En cuanto a la emergencia sanitaria dijo que el confinamiento y la falta de exposición a la luz natural alteraron los ciclos circadianos de los niños, afectando la secreción de melatonina, la hormona del sueño.
- Además, estudios han señalado que la exposición a la luz LED podría acelerar el desarrollo puberal.
- Otros factores incluyen la obesidad infantil, el estrés y la exposición a disruptores endocrinológicos presentes en alimentos contaminados.
La especialista subrayó la importancia de realizar resonancias magnéticas a los niños que presentan signos de pubertad precoz, especialmente en el caso de los varones, ya que un alto porcentaje de estos casos podría estar relacionado con tumores cerebrales.
- En niñas, aunque la causa es más comúnmente idiopática, el monitoreo sigue siendo crucial.
En términos de tratamiento, la pubertad precoz puede manejarse mediante medicamentos que retrasan el desarrollo puberal en niñas, y en casos de tumores, se requiere intervención neuroquirúrgica.
La doctora Chablé hizo un llamado a los padres para que mantengan un monitoreo constante del desarrollo de sus hijos y consulten a endocrinólogos y pediatras ante cualquier signo de alarma. Comentó que la detección y el tratamiento tempranos son esenciales para garantizar el correcto desarrollo de los niños.
A estos problemas se suman, la anorexia, bulimia y otros trastornos alimenticios que aunque su diagnóstico no es frecuente, han presentado un leve incremento en Tabasco.
De acuerdo con el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud, destaca que este año se han detectado 40 casos: 11 en hombres y 29 en mujeres.
- En 2023, de enero a julio se habían diagnosticado 28, por lo que las cifras indican un incremento.
- En México, alrededor de 2 mil 600 personas han recibido un diagnóstico en ese sentido.
La anorexia, es un trastorno de conducta alimentaria que causa que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura.
Se caracteriza por temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo, aun cuando su complexión se encuentra por debajo de lo recomendado.
Comienzan con una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos, lo que trae como consecuencia alteraciones en el organismo como es desnutrición, anemia y pérdida de la calcificación de los huesos, la cual de no ser atendida puede llevar a la muerte.
En cuanto a la bulimia, se caracteriza por la ingesta incontrolada de grandes cantidades de alimentos (atracón) durante un periodo breve.
Se define como atracón el consumo a lo largo de un periodo corto de tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de los individuos comerían.
Los atracones se acompañan también de una sensación de falta de control y de excitación cuando se atraca de comida.
Los que enfrentan este padecimiento tienen conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso, comúnmente provocarse el vómito. Este método de purga lo emplean del 80 al 90 por ciento de las personas que padecen esta enfermedad.
Las personas con bulimia nerviosa ponen demasiado énfasis en el peso y la silueta corporal al evaluarse, y estos factores son los más importantes a la hora de determinar su autoestima.
El licenciado en Nutrición por la UJAT mencionó que entre las personas con discapacidad intelectual, la prevalencia del trastorno en la alimentación de los niños (PICA) parece aumentar con la gravedad de la afección, sobre todo en los casos del Espectro Autista y del Desarrollo Intelectual.
Detalló que en este tema también está presente la anorexia nerviosa, que es la incapacidad de mantener un cuerpo saludable normal con relación al peso, observándose insatisfacción permanente con la delgadez, aun cuando se haya llegado a niveles de emaciación (pérdida involuntaria de peso).
"Este tipo de anorexia nerviosa se asocia con la forma del cuerpo, se desarrollan alteraciones en conductas para perpetuar e incrementar la pérdida de peso, consumo de purgas o dietas restrictivas, con el ejercicio excesivo y el ayuno prolongado", puntualizó el especialista en Nutrición Clínica y Servicios de Alimentos.