Tacotalpa.- El paraje natural Villa Luz es un sitio de exuberante vegetación que encierra no solo belleza natural y tradiciones legadas por antiguos pobladores, sino que también conserva historias de apariciones y sonidos inexplicables que han hecho correr a más de uno por sus senderos.
Un lugar de aparente calma y muy concurrido por turistas que acuden a conocer la Cueva de la Sardina y los arroyos de azufre, es durante el día un espacio de recreación ideal para para bañistas y quienes gustan conocer parte de la historia que aquí se relata a través de su museo Tomás Garrido.
Pero por la noche las cosas cambian, pues el silencio y la oscuridad de adueñan de los senderos y arboledas, y solo animales nocturnos irrumpen la aparente tranquilidad en su acecho furtivo o revoloteo. A lo lejos la caída de agua de las cascadas mantiene un uniforme sonido adormecedor.
Pero en la Casa que erigiera el ex gobernador Tomás Garrido, en medio de este paraje y que hoy funge como Museo de sitio, las cosas se enrarecen al llegar la noche. Si las personas encargadas de cuidar el inmueble se mantienen en la segunda planta los sonidos indescriptibles surgen en la planta baja o las habitaciones adjuntas, y si se permanece abajo se escuchan pasos y sonidos bajando por las escaleras.
El espanto se adueña de los cuidadores que en un intento de mantener el valor apuntan con lámparas a la escalera y paredes sin encontrar el origen de escalofriantes sonidos.
Hay quienes han sido presa del cansancio y se han dormido para despertar con sobre salto por sentir que alguien se les monta encima y hay quien ha asegurado ver a una mujer.
"Quienes han sido presa del cansancio y se han dormido han despertado con sobresalto por sentir que alguien se les monta encima”
"Hay personas que aseguran ver a una mujer intentando sujetarlo emitiendo sonidos ahogados, encajonados, difíciles de describir”
Encargados