Sacrifican la madrugada para crear cómodas, roperos, muebles, sillas, cuadros y mesas de madera. Cuando hay tiempo para el descanso un buen tapete o hamaca les ayuda a reposar cuatro horas para cargar energías y continuar con su jornada. En temporada del pandemia usan sus cubrebocas y siguen las instrucciones de sana distancia y la aplicación de gel antibacterial en sus manos. Provienen de un lugar donde generalmente hace frío, sin embargo con el paso de los años han logrado aclimatarse a las temperaturas de Villahermosa, Tabasco.
Los poblanos son personas trabajadoras, en familia podemos verlos trabajar y es que los niños también aportan a la causa de los adultos al lijar la madera y ensamblar ‘es un modo de vida, es herencia, yo aprendí de mis padres y hago lo mismo con mis hijos. Es un trabajo honrado, noble y justo que nos ayuda a conseguir nuestros alimentos y pagar la renta del terreno donde estamos’, dijo uno de los trabajadores.
Algunos se han ubicado en el velódromo de la deportiva haciendo el oficio de carpintería, otros como la venta de carnitas ‘El Poblano’ le invierten el cien por ciento al negocio de comida en el que los empleados son los mismos familiares, un patrimonio que defienden y trabajan con pasión porque saben que de ahí sale su subsidio ‘nosotros sabemos la receta de las ‘carnitas’ y eso se pasa a los hijos, nosotros trabajamos prácticamente todo el día porque el tiempo nos debe rendir en productividad’. A los alrededores de la Catedral del Señor de Tabasco, obreros que laboran para florerías están técnicamente día y noche laborando en arreglos y descargando las unidades que surten los locales para los que trabajan ‘a veces nos la pasamos día y noche trabajando para tener todo listo, es trabajo y es dinero’.
Siendo un ejemplo de constancia, la comunidad de poblanos en Tabasco ayuda a la activación económica del estado en tiempos de pandemia.
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