La “Pescadería Gabriel” ha empezado a sufrir los daños colaterales que trae consigo la emergencia sanitaria, en donde muchos tabasqueños están sumergidos, por la falta de ventas que ha llevado a el cierre de varios negocios.
A este pequeño comercio ubicado en la R/a. José María Morelos, de Paraíso, pocas son las personas que acuden a adquirir productos pesqueros, así como de los bancos ostrícolas que hay en dicho municipio de Tabasco.
Versaín de Dios Mendoza platicó con Diario Presente sobre la difícil lucha que está sosteniendo con una enfermedad que él ni su familia conocen.
“Ese Coronavirus vino a acabar con lo poco que teníamos de ahorros, ahora si bien nos va, apenas y sacamos para poder comer algo; he vendido cinco kilos de pescado solamente en todo el día” exclamó al tiempo que lanzaba una carcajada al aire y gritaba…. ¡Vieja, otra vez volveremos a comer pescado!.
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Relató que el negocio familiar fue creciendo con el paso de los años y derivó en la generación de empleos de tres familias, quienes se sostenían económicamente de la venta de pescados y mariscos que compraban a aquellos hombres que en lanchas pescaban a mar abierto desde la madrugada.
“Lo poco que vendemos es para pagar a los proveedores, lo que queda es para los gastos de la casa y ahorita hay que comprar algunas cosas para que los niños sigan sus estudios ¿Y de dónde? Si no hay venta”, indicó el señor Mendoza.
Al concluir, agregó que no bajará los brazos ante esta situación de precariedad económica por la que está pasando… “me enseñaron a trabajar, a no rendirme fácilmente y este virus tarde o temprano se tiene que morir para que nosotros regresemos a la normalidad”, puntualizó.
“Pescadería Gabriel”