Aún con el temor presente por un posible contagio de Covid-19, personal tanto administrativo como docente se dio a la tarea de abrir nuevamente los portones de los centros educativos de nivel básico (kínder, primaria y secundaria), donde pocos fueron los alumnos que llegaron.
Niños que iban totalmente entusiasmados de poder ya salir de sus casas y regresar a su segundo hogar, la escuela, donde ahora tendría que afrontar un nuevo reto, aprender todos los protocolos de higiene establecidos por las autoridades sanitarias ante la pandemia que se vive.
Quienes cursan los primeros nueve años de educación eran recibidos por profesores, quienes ya habían instalado a las afueras de los centros educativos los espacios marcados, para un ingreso ordenado y con sana distancia.
Al llegar a la puerta eran sanitizados, pasaban por un lector de temperatura y luego por otro filtro de limpieza con gel antibacterial, para trasladarse a sus salones donde pasaban por el tapete con liquido sanitizante y les colocaban gel anti-bactereal, para luego sentarse ordenadamente en sus pupitres.
En el aula, los profesores les daban nuevas indicaciones enfocadas a no restregarse el rostro con las manos sucias, no estarse prestando sus útiles escolares y no tener contacto físico directo con sus compañeros de clases.
Además de acudir a los sanitarios de manera periódica para lavarse las manos con agua y jabón, para mantener una higiene correcta dentro del centro escolar, para evitar que entre ellos mismos pueda suscitarse una cadena de contagios.
Sin embargo, los pequeños no piensan en esa situación, pues al final querían ya regresar a clases, estando siempre ante los ojos vigilantes del personal docente quienes son los que realmente están preocupados por resultar positivos a coronavirus en este regreso a clases.
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