Ataques de pánico, ansiedad y déficit cognitivo son algunas de las secuelas detectadas en pacientes recuperados de COVID-19 en el Hospital de Infectología del Centro Médico Nacional La Raza, del Seguro Social.
Ser dado de alta por COVID-19 puede requerir que muchos pacientes continúen con tratamiento médico, necesiten oxígeno en su casa y rehabilitación.
“Me mandaron a mi domicilio con oxígeno. Al principio usaba el oxígeno las 24 horas y empecé con rehabilitación, ejercicios de respiración como inspirar por la nariz en forma lenta, más o menos que tarde unos seis segundos, y al mismo tiempo, digamos que al meter el aire tiene que sacar el abdomen y después sacar el aire por la boca contrayendo el abdomen tenía temor, decía voy a estar normal como antes, voy a quedar con secuelas”, comentó Gabriela Miralrío, médica recuperada de COVID-19.
En el Hospital de Infectología de La Raza, se han detectado diversas secuelas, las cuales dependen de la gravedad y la edad, señala Daniel Pérez Larios, médico internista e infectólogo.
“Las personas que son mayores o adultos mayores tienen un poquito más de secuelas respecto a déficit cognitivo, pueden tener problemas de la memoria y las personas que son un poquito más jóvenes tienen más problemas respecto a ataques de pánico o ansiedad. Pueden tener mayor depresión, se han quejado de que no se pueden concentrar bien”, dijo Daniel Pérez Larios, médico internista e infectólogo.
La huella de haber padecido COVID-19 también queda en personas que no necesitaron hospitalización.
Movimientos limitados en el brazo derecho y fatiga ante cualquier actividad son las secuelas de Tomás, una persona de la tercera edad.
En mayo dio positivo a COVID-19 y desde entonces el dolor del brazo no se le ha quitado, los médicos le expresan que estos efectos serán pasajeros, pero no le dicen en que tiempo van a desaparecer.