Las gasolinerías más alejadas de las ciudades, sin vecinos con los cuales competir, venden el combustible más caro al público en general, afirma el Banco de México (Banxico).
Este efecto, que se define en materia de competencia económica como “baja densidad” de gasolineras, puede tener efectos negativos sobre los consumidores, advierte.
En estudios elaborados por el área de Investigación Económica y Regional del Banxico se pone de relieve que son los automovilistas los que pagan el alto precio por la ausencia de opciones en este mercado.
La menor densidad geográfica de gasolinerías propicia menor competencia y mayores precios, así como menores velocidades de traspaso a los consumidores de las reducciones en los precios al mayoreo”, consigna el banco central. Se considera que una estación de servicio situada cerca de otras enfrenta mayor competencia que una aislada, ya que el consumidor puede ir a una o a la de enfrente, que ofrece un mejor precio por litro.
El área de investigación económica elaboró el Estudio Influencia de la Competencia en los Márgenes de Venta de las Gasolineras y los Precios al Consumidor. Banco de México utilizó los datos de la Comisión Nacional Reguladora (CRE) de la ubicación y precios de las gasolinerías en el país para clasificarlas en ocho grupos y determinar el nivel de competencia según el número de “vecinos” que tienen alrededor. Del uno al ocho se mide la competencia.
En el primer grupo no hay ninguna gasolinería en 10 kilómetros y la competencia está ausente; en el segundo, hay un vecino en 10 kilómetros y ninguno a tres. Los grupos siete y ocho son los de más alta competencia, al haber como mínimo cuatro vecinos en un kilómetro y máximo uno o dos vecinos a 500 metros.