Don Pedro Domínguez crea canasto con sus manos

Desde hace 67 años, Pedro Domínguez hace maravillas con sus manos al trabajar el bejuco

A escasos kilómetros de la ciudad de Jalapa, se ubica la ranchería Montaña, lugar donde se encuentra la humilde vivienda de don Pedro Domínguez López, quien lleva poco más de 67 años elaborando tradicionales canastos de bejuco.

Don Pedro recién cumplió 79 años de edad. Relata lo que sus manos han sido capaces de crear desde los 12 años, cuando con las enseñanzas de su padre aprendió a tejer el bejuco de espina, en una técnica que él llama pecho de paloma.

Con los años su dominio del tejido de canastos y yaguales con bejuco fue creciendo. Manteniendo hasta la actualidad la creencia de no cortar esta planta guía en cualquier día y hora, pues suele salir de madrugada, acompañado por un triciclo donde transporta los rollos de bejuco, justo antes del amanecer, a la orilla de los caminos durante la luna menguante y los días viernes; pues de otra manera el bejuco que se corta no dura tanto. Esto lo aprendió de sus abuelos, y ellos también de sus antepasados.


Las herramientas que usa para limpiar el bejuco, realizar cortes y moldear las bases de los canastos son generalmente hechizas, pedazos de cuchillos, desarmadores y pequeños fierros que ha adaptado a las necesidades de su trabajo artesanal. Aunque el verdadero talento está en sus manos, que entrelazan los tallos con firmeza sobre una mesa de plástico, a veces hasta los dientes sirven para moldear las curvaturas evitando un corte accidental.