Sus cansados pasos y su falta de visión no detienen sus ganas de seguir trabajando, pues a sus 93 años don Chuita, como todos lo conocen, sigue recorriendo calles de Huimanguillo, para vender frutas y verduras.
Jesús de la Cruz de la Rosa es el nombre real de 'Don Chuita', quien desde hace 40 años perdió la vista y ahora por su avanzada edad tiene deficiencia auditiva, pero ambos factores no le impiden continuar diariamente y contra tempestades, en su labor de comerciante.
Cada mañana a partir de las 7 de la mañana sale de su domicilio, cubierta su espalda con una bolsa negra, pues dice que le protege los pulmones del frío o sereno matutino.
Desde su humilde hogar, es trasladado en moto por unos de sus vecinos hasta la calle Mastelero del mismo municipio, donde sin perder tiempo recoge su triciclo cargado de chayotes, chile morrón y cilantro, que va ofreciendo por todas las calles hasta que le dan las cuatro de la tarde, hora en que termina su jornada laboral.
Depende de su memoria
El oficio de Don Chuita no es fácil como parece, pues su ceguera es total, no puede ver el camino que debe recorrer, pero su memoria no le falla y tiene grabado en ella, cada paso o referencia que lo lleva a cubrir una ruta que se fijó desde hace años.
Con silbidos y con su voz cansada por el paso de los años va voceando su venta, y en su recorrido va chocando su triciclo con las banquetas, coches estacionados, baches recién formados, etc, sin embargo, los ciudadanos que lo encuentran a su paso lo van orientando para que siga su camino, algunos salen a ayudarlo a librar algún obstáculo que se presente.
- Sin tener conciencia del riesgo que corre en su andar, Don Chuita va firme y seguro en el trayecto que recorre todos los días, mientras que los automovilistas se frenan y esperan pacientemente a que pase de un extremo a otro de la calle, pues a veces se desorienta y zigzaguea de un lado a otro.
Don Chuita tiene solo un hijo que vive en el municipio de Cárdenas, y quién llega poco a visitarlo, sin embargo cuenta con la bondad de su vecina Hilda Rodríguez quien le apoya con los alimentos del día.