Conservar tradiciones propias de los mexicanos y desechar las anglosajonas en diciembre: Presbítero

Señaló que este contexto los padres de familias en los hogares deben de seguir enseñando a los niños

Jonuta, Tab. Hay que continuar conservando e inculcando a los infantes las tradiciones navideñas como son las posadas, la rama, hacer la carta a los Reyes Magos, la colocación del nacimiento para venerar al niño dios y el árbol de navidad en las viviendas para erradicar las costumbres extranjeras, exhorto el presbítero, Fernando Carrera Sánchez.

Señaló que este contexto los padres de familias en los hogares deben de seguir enseñando a los niños que este tipo de actividad forma parte de la identidad de nuestro del municipio, del estado y del país.

Y es que dijo que como cada año familias enteras se reúnen para festejar la tradición religiosa mexicana de las “posadas”, de oración y reflexión sobre María y José, esperando gozosos el nacimiento de su hijo Jesús, celebración novenario que nos prepara para la Navidad.

Quien dijo que cuenta la historia que los primeros misioneros españoles, transformaron las fiestas prehispánicas paganas en fiestas cristianas, durante el mes de diciembre del 6 al 26, los antiguos mexicanos celebraban fiestas en honor de Huitzilopochtli, sus fiestas consistían en ayunos, coronación a sus dioses, adornar con banderas los árboles, prender fogatas con maderas perfumadas.

Para terminar los días 24 y 26 donde obsequiaban suculentas comidas y estatuas pequeñas de su dios, posadas que se realizaban en el atrio o patio del templo o conventos, concluyendo los festejos con las llamadas “misas de aguinaldo” en las que se hacían representaciones de pasajes de la Navidad para hacerlas más atractivas y amenas donde agregaron luces, cohetes, villancicos y piñatas.

Mencionó que al paso de los tiempos esta tradición se fue extendiendo hacia colonias, barrios, vecindades, ciudades, añadiéndose la costumbre de ofrecer el típico ponche de fruta, convirtiéndose en un fiesta familia y popular.

Agregó que la comida y los dulces que se ofrecen a familiares y amigos hablan del gusto de compartir con los demás la alegría de estar esperando a Jesús, que viene a nosotros, romper las piñatas significa el deseo de romper con la vida de pecado y dejarse inundar con los dones de Dios, representados en los dulces o frutas que caen de ellas.

Por último, exhortó a las familias jonutecas, no olvidarse del verdadero sentido de los nacimientos y del árbol navideño, ya que se ha ido perdiendo la tradición al importarse costumbres americanas y el sentido autentico de las fiestas navideñas en la geografía.