Cada entidad posee características propias en lo social, en lo económico, en lo ambiental y en lo geográfico, que le dan identidad y vocación en lo que a actividades productivas se refiere. Nuestra entrañable región sureste que comprende los estados de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y que por muchas cosas que nos unen, se hermana con el sur de Veracruz y Norte de Chiapas, posee una gran riqueza natural y vocación para actividades muy importantes dentro del sector primario, tales como la agricultura, la ganadería, la acuacultura y la forestal.
Actividades que, si son bien aprovechadas, pueden ser la palanca que detone el desarrollo, permitiendo diversificar la económica, junto con el sector petrolero y turístico.
En Agricultura Orgánica nuestra participación ha sido muy reservada, aunque no por ello, carente de importancia. Sobre todo, tomando en cuenta que algunos de los productos con mayor valor dentro del mercado orgánico mundial, se producen en esta zona.
Sus inicios se remontan a la Finca Irlanda ubicada el vecino estado de Chiapas, misma que obtuvo su certificación orgánica en 1967 para el cultivo de café.
De acuerdo a datos obtenidos en el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), así como del padrón de operadores orgánicos certificados comunicado por los organismos de certificación (OC), la distribución por tipo de cultivo es la siguiente: Tabasco tiene una participación muy pequeña, con la producción de cultivos perennes como piña, cacao y limón persa, cuyo volumen es producido por seis empresas; la mayoría ubicadas en la región de la Sierra y la Chontalpa.
Campeche hasta 2017 ocupaba el decimosexto lugar en superficie orgánica certificada con poco más de 3 mil hectáreas. Estado precursor de la conversión de arroz convencional a orgánico, bajo un modelo de producción asociado con la crianza de búfalos de agua. En 2019 inicia inversiones para desarrollar el cultivo y procesamiento de sábila, el cual incluye la participación de pequeños productores de la zona, como proveedores certificados.
Quintana Roo, líder en el manejo sustentable de árboles de chicozapote para la extracción de látex y elaboración de chicle orgánico certificado. Un sistema de producción operado a través de un consorcio de cooperativas bajo un esquema de comercio justo.
Yucatán, estado con un desarrollo consistente y muy importante en la producción, procesamiento y comercialización orgánica de chile, limón y miel.
Producto este último, en el que México ocupa el tercer lugar en producción a nivel mundial. Aun así, a nivel nacional estamos por debajo de los 10 primeros lugares en cuanto a superficie total certificada como orgánica se refiere.
El primer lugar lo ocupa el estado de Chiapas con más de 45 mil hectáreas, en las que por supuesto, el café es el más representativo. Luego entonces amigo productor, el reto es enorme, como enorme es el potencial de producción que tenemos, sobre todo en frutales.
El crecimiento acelerado y constante del mercado, las condiciones casi ideales de clima, la creciente infraestructura para agilizar la cadena de suministro, y la disponibilidad de recursos como el agua nos dan las herramientas para lograr el desarrollo y posicionamiento de este modelo de producción en nuestra querida región sureste. Seguro estoy que, lográndolo, nos dejará invaluables beneficios en lo económico y sobre todo en lo ambiental.
Esto último, a donde debemos enfocar nuestra estrategia si queremos encontrar el verdadero desarrollo sustentable. Me encuentro con usted la próxima semana.
¡Piensa y vive orgánico!