Su encargo era proteger a Los Chapitos, los herederos del emporio criminal de El Chapo Guzmán y a sus negocios. Por eso, hoy los líderes de escoltas de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, están acusados de narcotráfico en un par de cortes federales de Estados Unidos.
Fueron entrenados para ser eficientes. Tenían conocimientos en "guerra urbana, armas especiales y tácticas y capacidades de precisión. Su tarea, "secuestrar, torturar y matar a cualquiera que se opusiera a Los Chapitos."
Lo que ha causado que los hombres de confianza de Los Chapitos estén incluidos en acusaciones que incluyen cargos por pertenecer a una empresa criminal continua, conspiración para importar fentanilo, conspiración para traficar fentanilo, posesión de ametralladoras y artefactos de destrucción, conspiración para posesión de ametralladoras y artefactos de destrucción y conspiración para lavar dinero.
Para Los Ninis, su tarea era ejercer violencia a toda costa. Ya fuera para terminar con rivales, para mantener a raya a las autoridades mexicanas o para afinar la producción de fentanilo, los sicarios pertenecientes a este grupo empleaban métodos que regularmente terminaban con una o varias muertes.
Pero la violencia no se detenía con los rivales. El Nini y EL 27, hacían pruebas de los efectos del fentanilo en personas que secuestraban y mantenían atadas. En una situación inyectaron fentanilo hasta la muerte por sobredosis a una mujer a la que se suponía que iban a ejecutar.
¿Qué más cargos tiene?Según información de inteligencia del gobierno mexicano, Los Ninis también fueron los encargados de desatar una ola de violencia en Culiacán, Sinaloa, para que Ovidio Guzmán, El Ratón, fuera liberado tras un operativo federal en octubre de 2019.
De manera adicional, Néstor Isidro Pérez fue acusado en la corte de Distrito de Columbia por conspiración para traficar cocaína y metanfetamina, posesión de arma de fuego y conspiración para obstruir a la justicia por haber atacado a un informante o colaborador de agencias de seguridad estadunidenses.