El término biofilia fue acuñado por el psicólogo Erich Fromm en 1964 y lo definió como “amor a la vida, la pasión por todo lo vivo”. ¿Cómo trasladar a nuestro hogar un diseño biofílico? Hay muchas formas y no consisten solo enllenar los interiores y los exteriores de plantas, sino en amueblar con materiales naturales y biodegradables, aprovechar al máximo la luz natural, conseguir una buena ventilación de los espacios e inclusoincorporar motivos que recuerden a la naturaleza: textiles de aves o con dibujos de flores, imágenes o cuadros de paisajes bucólicos, azulejos con textura de piedra... Todo ello con el objetivo de beneficiar a nuestra salud.
En el mismo sentido se manifiesta: “según estudios todos los seres humanos tenemos una conexión neurológica con la naturaleza, heredada de nuestros ancestros, que nos crea un vínculo/necesidad de estar en contacto con ella. Tener contacto con la naturaleza nos produce una sensación de bienestar físico y mental”.
La biofilia no es algo nuevo. Sin embargo, es ahora cuando la sociedad está pensando en ella, en la forma de ponerla en práctica, algo que se ha visto acelerado por la pandemia. Desde Iröq Homes explican que “el confinamiento ha provocado que seamos más conscientes de la necesidad del contacto con el entorno y que estemos más preocupados por la salud y la calidad de vida. Actualmente, nuestra relación con la naturaleza se ha hecho mucho más evidente y necesaria. Como ejemplo, la pandemia ha reforzado la necesidad de adaptar los hogares para crear espacios de calidad para trabajar y estudiar”.
“La biofilia en espacios interiores, y en especial en nuestros hogares, nos ayuda a eliminar muchas de las emisiones nocivas, tanto de los acabados estructurales, como de los materiales decorativos que tenemos en nuestros hogares, porque absorben compuestos orgánicos volátiles (COV) y CO2, además de ayudar a mantener niveles óptimos de humedad, en definitiva, respirar un aire más limpio y saludable”, añaden desde Hörn Studio.
Arquitectura e interiorismo: Utilizar el concepto de biofilia tanto en construcción como en interiorismo, acercando la naturaleza de nuevo a las personas en los entornos urbanos, hace que las personas puedan disfrutar de todos los beneficios que nos puede proporcionar, entre ellos reducir los niveles de estrés. El objetivo es conseguir espacios y ciudades más verdes, más humanos y sobre todo más sanos y felices.
El diseño biofílico no es únicamente el uso de plantas, es algo más complejo. Iratxe relata que solo puede ser efectiva aplicando estos 5 principios:
1. El diseño biofílico requiere una interacción repetida y sostenida en el tiempo con la naturaleza. Esto excluye un simple par de plantas en la habitación.
2. Está enfocado en la adaptación del ser humano al entorno natural. Este método aborda la salud y el bienestar de las personas de forma consciente a lo largo de todo el proceso de diseño.
3. Potencia la vinculación emocional a lugares y contextos particulares.
4. Promueve interacciones positivas entre las personas y la naturaleza que nos hacen sentir responsables del entorno natural.
5. Alienta la integración de la arquitectura con la naturaleza.
Cómo introducirlo en la casa
El diseño biofílico busca agregar a la vivienda “elementos que nos conecten con la naturaleza en el mobiliario y en las piezas decorativas, buscar la luz natural, texturas naturales, utilizar formas orgánicas e incluso reproducir escenarios con murales que nos hagan sentirnos más cerca de lo natural”. En los espacios interiores es importante emplearcolores propios de la naturaleza y materiales naturales. Además, debe primar siempre la presencia de luz natural, necesaria para mantener nuestro ritmo circadiano activo y regular funciones fisiológicas básicas.
¿Qué hay de las plantas?
Las plantas son positivas y dentro del diseño biofílico juegan un papel muy relevante, pero no purifican el aire del interior de una estancia. Un estudio publicado en 2019 señala que necesitaríamos aproximadamente entre 10 y 1000 plantas por metro cuadrado para alcanzar el mismo índice de eliminación de los Componentes Orgánicos Volátiles (COV) que se consigue con la ventilación de los espacios.
Las plantas ayudan a regular el grado de humedad del aire interior. Recomiendo ponerlas en todas las estancias de la casa, incluido el dormitorio. Existe un falso mito del peligro de dormir con plantas en la habitación, pero hoy en día está demostrado que el oxígeno que puede consumir una planta durante la noche es mínimo.
Inspiración natural: Otra de las formas de restablecer la conexión con la naturaleza es utilizar elementos que no son naturales pero que nos recuerdan a la naturaleza. Hay diversas formas para representar la naturaleza. Algunas son más literales, como la representación de plantas y animales aplicables fácilmente en paredes y suelos, mediante el uso de papeles pintados o revestimientos cerámicos. Otras formas son más abstractas, como el uso de arcos y cúpulas o elementos biomórficos. Una forma de representación es incluir estructuras con aspecto de árboles, muy utilizado en el diseño arquitectónico de columnas. Este tipo de elementos aporta la sensación de estar caminando por un bosque. Este recurso es interesante también en exteriores, ya que aporta sombra. Y para los aromas nada mejor que utilizar aceites esenciales, olores naturales sin contaminar nuestro ambiente interior, con grandes beneficios gracias a sus maravillosas propiedades terapéuticas
La importancia de la luz: El diseño biofílico apuesta por potenciar al máximo la luz natural y, asimismo, realizar un correcto proyecto de iluminación artificial. Emplear luminarias que respeten los índices de reproducción cromática (IRC) de la luz natural, nos ayudará a sentirnos mejor al respetar nuestros ciclos biológicos, nos hará sentirnos más conectados con los ciclos día /noche y esto nos facilitará un sueño más reparador y evitar posibles problemas de insomnio.
Una iluminación cálida (por debajo de 3.300 grados kelvin), especialmente la proveniente del sol, hace que los espacios resulten más atractivos y que nos sintamos seguros. Esta calidez de la luz también puede conseguirse mediante el color de las superficies de la estancia. Que las lámparas cuenten con regulación de intensidad resulta asimismo muy interesante, para irse adaptando a las distintas necesidades en función de la hora del día.
Espacios exteriores, un preciado tesoro: Jardines, terrazas, balcones… En especial si en ellos tenemos plantas, aportan bienestar. Hay evidencias de que la práctica de la jardinería puede reducir los niveles de estrés, sobre todo en esta época de distanciamiento social, ayudando a nuestro equilibrio biológico y psíquico, mejorando nuestra calidad de vida. Ala hora de añadir vegetación “resulta importante incorporan un pequeño ecosistema que consista en una rica combinación de plantas. De este modo se logra el efecto sensorial buscado con estos elementos”. Por ejemplo, en la imagen el jardín diseñado por Fernando Nájera Paisajista está integrado por un carpe blanco (Carpinus betulus fastigiata), césped, durillo (Viburnum tinus), agapanto (Agapanthus africanus), laurel (Lauro nobilis) y laurel cerezo (Prunus laurocerasus).
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