En 2006 el PRD estuvo a punto de ganar la Presidencia. Si no hubiera sido por el fraude electoral de Felipe Calderón, otra sería la historia de ese partido que pronto quedará extinto del escenario nacional.
Su certificado de defunción oficialmente lo expedirá el TEPJF cuando califique la elección presidencial del dos de junio.
El PRI la última vez que ganó la presidencia fue hace doce años, con Enrique Peña Nieto. En 2018 no sólo perdió el poder a manos del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que se desfondó y está a poco de tocar fondo.
Las maniobras de su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, de manipular la 24 Asamblea Nacional, para asegurar su reelección hasta 2032, apuntan a que le siga los pasos al PRD.
Operó para perpetuarse en la dirigencia a contrapelo de la disidencia interna encabezada por exgobernadores. Es el principio del fin del tricolor y “Alito” será su enterrador, como lo fue Jesús Zambrano con el PRD.
Ambos partidos son los grandes perdedores de la elección presidencial y estatal de 2024. Sufrieron un severo retroceso en votos. Se han quedado casi sin base social y su militancia merma elección tras elección.
De ser un partido hegemónico, ganador de elecciones con o sin fraude electoral, pasó a ser una organización política escasa de estructura, recursos, militancia y de base social, tanto que sus números en la más reciente jornada electoral no fueron lo que sus dirigentes esperaban.
En la elección presidencial de 2018, José Antonio Meade Kuribeña, encabezó la alianza “Todos por México”, que integraron el PRI, PVEM y Nueva Alianza. En ese proceso, que ganó López Obrador con 30 millones de votos, el PRI aportó 7 millones 677 mil 180 sufragios.
El dos de junio su aporte a la alianza opositora “Fuerza y Corazón por México”, que encabezó Xóchitl Gálvez, cayó a 5 millones 736 mil 759. Es decir, un millón 940 mil 421 sufragios menos que hace seis años, de acuerdo a las cifras oficiales del INE.
Estuvo a nada de perder el registro
Si revisamos la votación que el PRI obtuvo en la elección de gobernador en 2018. En ese proceso, cuya candidata fue Georgina Trujillo Zentella, el tricolor obtuvo en las urnas 138 mil 588 votos.
Con Lorena Beaurregard como candidata común del PRI y del PAN, el dos de junio el Revolucionario Institucional sacó 24 mil 35 sufragios, la cifra más baja desde que ese partido participa en los procesos electorales a gobernador. Sacó 114 mil 553 votos menos que hace seis años.
Obtuvieron más votos en su conjunto los candidatos a diputados locales priistas con 31 mil 431 sufragios, que su candidata a la gubernatura. Los que contendieron por las 17 alcaldías tabasqueñas estuvieron peor, pues apenas lograron conjuntamente 21 mil dos votos, porcentajes impensables hace dos décadas.
- Apenas superó el porcentaje mínimo para mantener el registro en la elección de diputados locales, con el 3.22 por ciento. En la gubernatura y alcaldías sólo consiguió el 2.48 y 2.17 por ciento, respectivamente.
Desde ahora, los pronósticos apuntan a que en la próxima elección no lograrán conservar el registro, en el estado por lo menos lo perderán.
“Chavo” Herrera obtuvo más votos que FócilEn la elección presidencial de 2018 el PRD aportó a la alianza “Por México al Frente” que postuló a Ricardo Anaya, respaldada por el PAN y MC, un millón 602 mil 715 votos. A Xóchitl Gálvez, como parte de la coalición opositora, un millón 121 mil 20 votos. Esto es, 481 mil 695 votos menos.
Esos votos perdidos le hicieron mucha falta el dos de junio y lo que decretará su desaparición como partido político.
A nivel estatal también sufrieron una merma considerable. Hace seis años, el PRD postuló a Gerardo Gaudiano como candidato a la gubernatura, en alianza con el PAN y MC. El sol azteca aportó 169 mil 60 sufragios.
- Con Juan Manuel Fócil Pérez, como su candidato a la gubernatura, el PRD obtuvo 66 mil 195 votos. Esto es, 102 mil 865 votos menos. Consiguió más votos José Sabino Herrera Dagdug, como candidato al senador por la alianza PRI, PAN y PRD, 87 mil 768 sufragios. Es decir, 21 mil 573 votos más que Fócil.
- El PRI conservó su registro nacional y apuradamente salvó el estatal. No corrió la misma suerte el PRD. Una vez que el TEPJF resuelva todas las impugnaciones presentadas por los partidos a la elección presidencial, previsiblemente en agosto próximo, y si ese partido no recupera votos que le ayuden a salvarse, el INE declarará su extinción.