- El debate entre los contendientes por la gubernatura, la noche del domingo, resultó como se esperaba: uno fue a proponer y los otros a atacar, dejaron de lado las propuestas a pesar del poco tiempo de que disponían. No hubo sorpresas ni revelaciones inesperadas que pusieran en predicamento al puntero en las encuestas, Javier May, a pesar de los rumores previos sobre la actitud que asumirían sus oponentes.
Lorena Beaurregard, candidata del PRI y del PAN y Juan Manuel Fócil Pérez, candidato del PRD, fueron muy predecibles en sus ataques reiterativos al abanderado de la coalición "Sigamos Haciendo Historia en Tabasco". Minés de la Fuente, de Movimiento Ciudadano, también le entró al quite, pero sin causar mayor impacto. Era un manojo de nervios.
En una hora y 20 minutos, tiempo aproximado que duró el debate, no dijeron nada novedoso que antes no hayan dicho de su contrincante. Acusaciones y señalamientos que Javier May calificó de calumnias y mentiras.
El candidato de Morena, PT y PVEM salió ileso y victorioso de la confrontación. Fue el único que se centró en sus propuestas, en plantear los compromisos de campaña y se dio tiempo de responder a sus adversarios, que le echaron montón.
Los abanderados de la oposición no llegaron a contrastar proyectos, utilizaron la mayor parte del tiempo en descalificar a los gobiernos federal y estatal con el ánimo de golpear a Javier May.
- Pusieron el énfasis en la inseguridad, la corrupción y la salud, de ahí no se movieron. Insistieron en lo mismo en cada intervención y fue muy poco, casi nada, lo que tuvieron tiempo de proponer. A sus planteamientos le faltó claridad, no articularon bien sus propuestas. Estaban más empeñados en darle un zape al candidato morenista.
El debate inició puntualmente, a las ocho de la noche, en un formato que no permitió una discusión fluida y directa entre los debatientes, que hiciera posible la réplica y la contrarréplica.
En estricto sentido no fue un intercambio de ideas y propuestas, sino una exposición individual con alusiones personales, que invariablemente tenían como destinatario a Javier May, al que convirtieron en su villano favorito.
"Vengo contento y con propuestas"Javier May fue el primero en llegar a la sede del IEPCT. Se le veía relajado. "Vengo contento y con propuestas", dijo a reporteros de la fuente. Luego arribaron los demás contendientes.
Para este debate, el candidato de Morena, PT y PVEM eligió guayabera blanca con bordados en líneas verticales de color rojo y pantalón oscuro. La candidata Lorena, como pidió a la moderadora que se le mencionara, usó un conjunto de pantalón y saco de color beige y blusa rosada, el cabello recogido.
Minés de la Fuente, que también pidió que así se le nombrara, se enfundó un conjunto de pantalón y saco color naranja y blusa blanca. El más informal de todos fue Fócil Pérez, quien usó la vestimenta que suele ponerse durante los recorridos de su campaña.
Él fue el primero en abrir las hostilidades. No improvisó, sino leyó lo que preparó para el primer segmento medio ambiente, salud y grupos vulnerables. Se presentó como trabajador, honesto y leal y con "mucha fe en Dios".
En una de las preguntas que debía responder, quiso dedicar el tiempo en atacar a Javier May, pero la moderadora, Marlene Escandón, le pidió que se centrara en el tema.
No dijo nada nuevo, sino repitió lo que ha dicho en la campaña y en sus habituales ruedas de prensa. La misma descalificación, los mismos ataques. Así fue en todas sus intervenciones.
A Minés de la Fuente la traicionaron los nervios. Leía con dificultad y fue muy reiterativa en sus intervenciones. Fue la que más tiempo desaprovechó en cada turno de exposición.
Javier May se enfocó en sus propuestas, pero sí respondió a los ataques que le lanzaron sus adversarios. Empezó un poco tenso, como el resto de los debatientes, pero conforme transcurrió el debate se le vio más relajado y se centró en dirigir sus mensajes a los tabasqueños.
Terminó su intervención con aplomo y seguridad, mostrando la amplia ventaja que le dan las encuestas con respecto de sus oponentes. Ninguno de ellos respondió nada.