Buen día a todos, les saludo con cariño, por motivos de trabajo estuve ausente un buen tiempo, pero con gusto regresamos con esta sencilla columna.
¿Qué es bueno y malo? Los grandes filósofos resumen todo en la inexistencia del mal, sólo el bien existe, el denominado mal es la simple ausencia del bien; para un servidor el primero implica sabiduría y sanidad, el segundo ignorancia o incapacidad.
En relación con lo anterior, vale la pena reflexionar sobre la vida, ¿qué importancia tiene? tanto la del planeta, como la de los seres que lo habitamos, ¿se debe respetar? o se puede seleccionar y elegir quiénes la merecen. ¿Somos dioses, jueces y verdugos? Finalmente, conductas como dañar, lesionar, destruir, modificar la esencia y naturaleza de los seres, experimentar, animar y extinguir razas y especies enteras, deben considerarse buenas, insanas o ignorantes. Siempre habrá equilibrio, todo es energía, simplemente se transforma.
La atenuación de la huella de carbono, es una meta que concierne a todos. El dióxido de carbono CO² es vital, gas de efecto invernadero, generado por fenómenos tectónicos, vulcanismo, la respiración, procesos de suelos, combustión de compuestos con carbono y evaporación oceánica, sin embargo en altas concentraciones atmosféricas es mortal. Consecuencia del uso excesivo de combustibles fósiles, deforestación, urbanización, industrialización y abuso en medios de transporte; sus efectos son: calentamiento global, acidificación de océanos, descongelamiento de las placas, aumento del nivel de los mares, migración de especies, erosión, aumento de temperaturas, en resumen un cambio climático o -ya sinónimo- calentamiento global antropogénico –sin duda, es responsable el hombre-.
Las grandes corporaciones y gobiernos pretenden minimizar el fenómeno, miles de millones de dólares están en juego. Bajo la tesis que sólo existe el bien, cuando estas fuerzas dominan, se debe a su ausencia, debemos presentarlo. Muchos callamos, toleramos, observamos, tenemos miedo, otros simplemente desintereses, apatía, y la gran mayoría ignoramos.
La Ley de Transición Energética, tiene aspectos positivos y negativos, oportunidades y retos. Las oportunidades se abren para empresas enfocadas a la generación de electricidad a partir de fuentes de energía renovables como: aprovechamiento de la radiación solar, el uso del viento, el calor de los yacimientos geotérmicos. Hay muchas cosas por resolver, según el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, la LTE plantea todo un reto para el desarrollo industrial y económico, la tesis central de la reforma energética fue, la inversión privada daría un impulso al sector energético, elevando su oferta, beneficiando a los hogares y empresas; de igual manera la abundancia de petróleo, gas y energía eléctrica provocaría el abaratamiento de los mismos y sus derivados.
Ahora bien, con la aprobación y publicación de la LTE lograr las metas puede complicarse, dado que a las empresas tendrán que utilizar un porcentaje de la energía que consuman de una fuente de energía limpia, al no tener México la capacidad de generar dicha energía, aumentará en gran medida el precio de la poca que se genera. De igual manera la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero), expresó su desacuerdo por las penalizaciones a las empresas y consumidores por incumplir la obligación de consumir energías limpias. La ley debe llenar ese vacío, esa ausencia de bien, buscar el equilibrio.
La minuta que se está discutiendo en la Cámara de Senadores, plantea en el artículo 2, fracción I y II de la citada Ley, el incremento gradual de la participación de las Energías Limpias en la Industria, para facilitar el cumplimiento de las metas de energías limpias y eficiencia energética, establecidos en esta Ley de una manera económicamente viable, lo que se debe asegurar mediante el reglamento y o lineamientos respectivos. El estado mexicano ha procurado la creación de generadores de energía limpia, un ejemplo de ello son los cinco parques eólicos que Iberdrola construyó en los últimos años en el estado de Puebla, más las plantas hidroeléctricas, geotérmicas, solares y demás proyectos en curso. Pero debemos ser honestos, es complicado que el estado mexicano y las empresas cumplan cabalmente las disposiciones que se avecinan en la LTE, a menos que, dedique una inmensa cantidad de recursos para llegar a la meta de un 20% de generación eléctrica a partir de energías renovables en 2018, 30% en 2020 y 35% en 2024, es muy complicado que se logren cumplir las metas trazadas en los diversos planes de desarrollo. Y si se lograse, sería a costa de una probable alza de precios en todos los sectores de la industria.
Es fundamental que la Cámara de Senadores analice con sobriedad el decreto y planteen escenarios realistas, considerando la situación actual. Los últimos estudios del Sistema de Información Energética, arrojaron que el 92.5% de la energía en México es obtenida a partir de fuentes no renovables, por lo que estamos hablando que el año pasado sólo el 7.5% de la energía eléctrica fue generada por recursos renovables.
Finalmente, nos quedamos con un dato muy duro para reflexionar, científicos han determinado que el aumento de la temperatura global debería limitarse a 2º C para evitar daños irreversibles al planeta, cuyos efectos serían desastrosos sobre la sociedad humana. Para evitarlo, las emisiones de gases de efecto invernadero deberían alcanzar su máximo en este 2015 y a partir de ese año deberían disminuir progresivamente hasta alcanzar una disminución del 50% para 2050. Desgraciadamente no es así, la temperatura sigue aumentando. Agradezco a Carlos Manuel Carrera Jasso su colaboración en esta nota.
Ánimo y mucha energía!!!
Erik Manuel Priego Brito
erik@priegobrito.com