El gobierno de la Cuarta Transformación hace una labor de equilibrista, porque anuncia su ruptura con el modelo neoliberal impuesto por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari –vigente por más de 30 años, pero al mismo tiempo busca darle confianza a los hombres del dinero, a los inversionistas y a los banqueros. Un cambio con estabilidad sin sobresaltos, ofrece.
Quizá por eso los banqueros le tomaron la palabra. Tampoco quieren la confrontación, cuyos costos serían incalculables.
No es casual que el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera, haya aceptado el reto de bajar las comisiones de los servicios bancarios, mismas que según especialistas se ubican entre los cobros más altos del mundo.
Dijo el líder de la ABM: “Esto nos permite anunciar que en las cuentas digitales habrá cero comisiones, ese es un cambio sustancial para empezar y vamos a seguir compitiendo en el resto de los servicios”, Siguiendo con el tema de un país en transición, el actual presidente de los banqueros aseguró que ellos aceptan el desafío que les plantea el gobierno de AMLO. Indicó: “los retos son muy grandes y es un momento muy relevante porque nos toma en dos transiciones: el país que tiene un nuevo régimen, no sólo un nuevo gobierno, que tiene metas muy ambiciosas para que todo mundo tenga beneficios en el crecimiento económico del país”.
El plan es sacar a México de la actual situación económica que ha frenado las actividades en los estados, especialmente en lugares como Tabasco con alta dependencia de la inversión y los recursos federales. Se comprende en el entendido de que es un reacomodo necesario. Aunque debemos estar alertas pues la economía puede dar saltos que generen cambios hacia atrás o hacia adelante; es muy sensible a los vientos de la especulación. Puede haber desde una recesión, hasta la temida y amenazante fuga masiva de capitales.
El panorama es en apariencia poco optimista. Pero obedece a ese reacomodo de las inversiones en petróleo para el caso del sureste. Hay una polarización económica de la que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya habló, en un país en donde la desigualdad se acrecentará si no existe un nuevo enfoque social a la economía.
Claro que hay quienes inteligentemente se guardaron para el golpe de la recesión económica, de un país que está pasando factura moral al mismo tiempo que anuda los procesos económicos.
Pero no hay tiempo para el desánimo. Ya otros países, inclusive del llamado primer mundo, pasaron por tiempos difíciles. Está, por citar un ejemplo, hacerle a la alemana: todos juntos vamos, ahorramos y todos vamos por el ahorro, aguantamos y todos resistimos, y el que no, que salte. Dado el caso alemán, Ángela Merkel se siente orgullosa de sus compatriotas porque todos jalaron parejo, aguantaron. Quizá las enseñanzas de las guerras. Acá, en México el panorama empresarial es variopinto, así que eso de jalar parejo y de polarizar, debe revisarse. La convocatoria de la unidad debe ser permanente y complementarse con hechos.
Un paso importante, por eso, es la nueva relación del presidente López Obrador con los empresarios de la banca: éstos se comprometieron a revisar sus procesos, mejorar los servicios y adecuarse a una población que ya no puede ni debe ser exprimida, al tiempo que desde el gobierno federal se asume el papel de árbitro justiciero, pero sin arbitrariedades.
Una tarea pendiente de la banca es, como parte de la mejora de sus servicios, es la llamada “bancarización” de una mayor población. Existe un ambicioso plan para que con las nuevas tecnologías se añadan 30 millones de usuarios al sistema financiero bancario en pocos años; de la misma forma,
incrementar 50% el crédito al consumo de familias y otorgar 1.3 millones de hipotecas adicionales. Por supuesto que en el nuevo esquema dist8into al neoliberal el objetivo tiene que ser el servicio y no la especulación; de ahí nacerá la confianza de los ahorradores; de esto depende el éxito del programa financiero.
PRIMERA PARADA
Ante el anuncio de Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia, sobre posibles nuevos despidos en las dependencias federales, el presidente López Obrador buscó calmar los ánimos y las preocupaciones. Dijo que el ajuste presupuestal anunciado por la Secretaria de Hacienda no implicará mayores recortes de personal en el gobierno federal, sino la ampliación de medidas de austeridad que permita ahorrar unos 200 mil millones de pesos. Con estos recursos se creará una “bolsa de contingencia”…por lo que pudiera ofrecerse.
SEGUNDA PARADA
Existe la firme decisión de frenar el deterioro administrativo y de servicios del ISSET, según lo confirmó el gobernador Adán Augusto López quien reconoció la labor realizada hasta ahora por el médico Fernando Mayans Canabal. En un acto público asumió el compromiso de inyectar recursos para la recuperación paulatina del fondo de pensiones; adelantó el fin de subrogaciones de servicios y la proyección de un nuevo hospital. Fue eliminado el pase presencial de la Prueba de Vida que se exigía a más de 13 mil jubilados y pensionados.
PARADA ESPECIAL
Dice el dicho que “ser tan poco el amor y desperdiciarlo en celos”. Así están en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en Tabasco y en todo el país. La bancada amarilla en el Congreso local está dividida, porque francamente su coordinador Agustín Silva es como un llanero solitario. Y espérese a que venga la lucha por las dirigencias.