La confrontación política ha sido una moneda corriente en nuestro país, pero para muchos críticos, con el ascenso al poder de López Obrador la crispación se trasladó de los templetes, de las calles y de los caminos y comunidades a la mismísima silla presidencial, en tanto el jerarca de la 4T entiende que una de las condiciones sublimes de la nueva realidad gubernamental de México debe estar afianzada en no olvidar que los que lo antecedieron des-gobernaron para dar prioridad a un sistema de privilegios, componendas, excesos e indiferencia para con los gobernados, por eso no deja pasar un solo día en que les recuerde sus desatinos, sus corruptelas y su “hipocresía”, bien lo dijo, “perdón sí, mas no olvido”. Es la realidad discusiva que desde el poder se marca, y con ella tendrán que aprender a vivir los opositores, ya que el tabasqueño ha cimentado y mostrado su particular forma de gobernar.
Los pro 4T exaltan todo lo que se pueda para comparar deliberadamente lo que antes no se hacía, e indudablemente uno de los triunfos más contundentes en los últimos días ha significado el pago de los 8 mil millones que el grupo Walmart ha aceptado hacerle al SAT para regularizar una “anomalía” fiscal añeja, un logro significativo que se lee se tejió en la mesa principal de palacio nacional, y se ha anunciado estoicamente que a ese pago y “regularización voluntaria” se le sumaran los de otras grandes empresas; y esos triunfos a los filiales, a los adeptos los engalla, les infunde orgullo y energía para seguir firmes con la bandera amloista.
Otro triunfo que presumen es que en nada se han materializado las pregones apocalípticos de los críticos y de los opositores, por si bien es cierto la economía no está de “pelos” en ningún lado, tampoco ha resultado cierto que el peso se “hiperdevalue” frente al dólar, ni que el petróleo se mantenga en precio de “a regalado”, ni tampoco el sistema de salud (que conste que nunca a como ahora, ha sido 100 % funcional) ha colapsado acentuando una crisis humanitaria, eso si las medidas se han ido corrigiendo de apoco -lo que indudablemente también ha significado perdida de vidas de ciudadanos y de personal médico- y se está en una fase III, tratando ahora si de tomar las mejores decisiones para volver a una “nueva normalidad” y que el impacto en contagios no sea mas grande y costoso que la intención urgente de dinamizar la micro y la macro economía.
La nueva realidad que la COVID-19 ha cincelado impone también la necesidad urgente de una nueva mentalidad social y política, desde el presidente hasta el aspirante a una posición comunal deben instalar un nuevo discurso, mas consenso y menos belicosidad, pasando por una prensa que consigne con objetividad, sin alineaciones groseras al poder, pero también sin pretensiones oligarquistas para incidir sobre manera en la formación y funcionamiento de los contrapesos institucionalizados.
Toca pues al Presidente trabajar en la masiva unificación de los esfuerzos para detonar la estabilidad social, económica y hasta política, en este ultimo segmento claro que debe ser un referente de cambio y consolidación, de conformación de un país férreo y próspero, mas no debe ser un eterno contendiente ni un “procurador” perpetuo de la voluntad popular, por que se debe dar ya el salto para dejar de exaltar al hombre para dar paso al atesoramiento del proyecto de una nación mas igualitaria, pulcra y acorde a las exigencias de la modernidad.
La oposición debe trabajar en serio en recuperar la moralidad perdida, para así recuperar su presencia política, porque es una realidad palpable que el escozor ciudadano está más marcado sobre ellos que sobre el que hoy gobierna, y al que a diario pretenden minar con estrategias tan torpes y contradictorias que la mayor de las veces se les convierten en boomerang. Tiempo tienen para caminar en serio, para abandonar la cómoda e infructuosa belicosidad de los caracteres en las redes sociales, para oxigenar sus cuadros, para limpiar y depurar a los que en lugar de sumar causan repelencia ciudadana, para dibujar una oferta clara, atractiva que les permita acceder a las posiciones de decisión por la vía democrática (la Cámara Federal de Diputados y las Gubernaturas) y así se contrasten los claroscuros de la 4T, de lo contrario la lucha encarnizada que prevalece a diario nos puede llevar a todos al abismo, por lo que todos están a tiempo de reaccionar…