Qué terrible! . Hasta dónde estamos llegando. Cuando creíamos haber superado la ley de la selva o dicho de otra manera, aquello de hacer "justicia por propia mano", aún hay actos de barbarie que estremecen, que nos mueven a la reflexión y hace preguntarnos ¿estamos pasando a ser una sociedad deshumanizada?.
En los últimos tiempos, en el discurso oficial se ha enaltecido el concepto de humanismo mexicano tratando de privilegiarlo de distintas formas: protección a los derechos humanos, apoyo a los migrantes en su paso por el territorio nacional, atención a los grupos vulnerables, etc.
Pero como ha ocurrido con otros tópicos, quizá con el afán de que dicho concepto se vea no como un slogan, sino como un tema que demuestre en los hechos que se está entendiendo en qué consiste y de que se trata, con regular frecuencia se habla de él, aunque pareciera ser que aún está muy distante en algunos sectores de nuestra sociedad.
Viene a cuento lo anterior, por un hecho ocurrido hace unos días en el municipio de Macuspana, donde un hombre en situación de calle, "Mascarita" como es conocido, le fueron amputadas ambas manos, por estar relacionado presuntamente con el robo de una pala.
En un video que circuló por las redes sociales, se puede apreciar a dicha persona tendida en el suelo sangrando de sus extremidades superiores.
Según versiones, los autores del hecho, al parecer fueron dos sujetos que a bordo de una motocicleta color negro, lo agredieron brutalmente pasando de los golpes a lo indecible que fue la amputación de sus manos.
La verdad cuesta trabajo entender por qué las cosas tuvieron que llegar a ese extremo, y también cómo es que en pleno siglo XXI nos estemos enterando de ese tipo de noticias.
Un hecho verdaderamente injustificable por donde quiera que se le vea, sin que con esto quiera uno decir que, si dicha persona en verdad había cometido un delito (robo), no debería ser sancionado..
Tampoco se trata de reprochar o juzgar a la ligera a quien o a quienes perpetraron lo que en verdad resulta un acto de barbarie, aunque habrá quienes posiblemente opinen que lo hicieron en función de lo que algunos suelen calificar como "justicia por propia mano", lo que más de uno no puede compartir, porque finalmente no se puede hacer justicia realizando un acto no injusto, sino inhumano al haberle cercenado sus manos a esta persona.
Tal vez la explicación de lo ocurrido, es el hecho de que ya la gente está cansada cuando se sienten afectados por actos de la delincuencia y ven la nula actuación de las autoridades que difícilmente dan con los responsables, lo que deja a las victimas esperando que se les haga justicia, misma que muchas veces no reciben, o cuando llega esto ocurre tardíamente.
Ojalá que el caso de "Mascarita", sirva para que las autoridades policiacas y de procuración de justicia principalmente, pero también el gobierno federal y los gobiernos locales, ahora que andan con la idea de reformar el poder judicial, revisen que tan eficazmente están haciendo su labor las dos primeras y que sería bueno hacer para que las víctimas vean que sí se les está tomando en cuenta y que los cuerpos de seguridad así como las fiscalías están cumpliendo con su responsabilidad como les corresponde.
Ello, con el fin de evitar más actos de barbarie como éste y así poder decir sin cortapisas que el gobierno, sus autoridades y los mexicanos, sí están comprendiendo los alcances de ese concepto que es el humanismo mexicano. (altar_mayor@yahoo.com.mx)