Cartas del Trópico

Un órgano que no fiscalizaba sino maquillaba cuentas públicas

Durante años, tal vez desde su creación, el Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE) se había dedicado a maquillar cuentas públicas en lugar de garantizar una efectiva rendición de cuentas de los entes fiscalizables.

Con el paso del tiempo, esa sospecha se convirtió en certeza por actos de corrupción denunciados en medios o redes sociales y en las cuentas públicas de los gobernantes señalados de corruptos pasaban sin ningún problema cuando eran calificadas por el Congreso del Estado.

Los fiscales superiores que antecedieron al actual, convirtieron al OSFE en cómplice al solapar las tranzas cometidas por alcaldes y funcionarios a cambio de sobornos. Esa era una constante. No había evidencia porque al interior del órgano fiscalizador se cuidaban las espaldas, pues la corrupción permeaba a toda la institución.

Ahora se sabe, en voz del fiscal superior, Juan José Peralta Fócil, que auditores se dedicaban a ocultar desvíos de recursos o la malversación de los mismos de malos servidores públicos. Por eso en los informes de resultados sólo se incluyen irregularidades menores para no levantar sospechas, lo que le permite a los responsables poder solventarlas.

También queda claro que las cuentas públicas se utilizan como instrumento de venganza política y se castiga al presidente municipal no porque haya robado dinero público, sino porque cayó de la gracia de quien lo puso en el cargo.

Desde que asumió el cargo, Peralta Fócil prometió que no habría impunidad para nadie, pero tampoco cacería de brujas, y así tiene que ser. Lo está cumpliendo, pero primero tiene que sanear el OSFE que fue convertido en una guarida de corruptos en lugar de ser una institución que garantice el uso correcto de los recursos públicos y exigir cuentas claras a quienes los administran.

Si así está el OSFE no me imagino cómo estarán otros organismos dedicados, dizque, a combatir la corrupción, como el que recientemente el Congreso local aprobó su extinción: el Sistema Estatal Anticorrupción, que no ha servido para nada y que representan una carga onerosa al estado.

Polémica por la afiliación a Morena de figuras controvertidas

La afiliación a Morena de figuras políticas controvertidas ha generado un debate al interior de ese partido. El registro del exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, y del excandidato del PAN a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, actual senador de la república, generó diversas reacciones.

Mientras el senador Adán Augusto López Hernández destacó que "la suma de Miguel Ángel Yunes, en su momento, significó y significa para este movimiento la mayoría calificada que nosotros necesitábamos. Fue quien dio el paso al frente con firmeza, interés y decisión, y eso es algo que le reconocemos"; la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle pidió la desafiliación de Yunes a Morena.

La mandataria exigió a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena "que no acrediten la membresía del ex panista", pues "¡Los militantes de Veracruz merecen respeto!"

El senador López Hernández se refería a que con el voto del expanista, Morena pudo tener la mayoría calificada para llevar a cabo todas las reformas constitucionales aprobadas por el Congreso de la Unión.

La Rayuela de ayer del diario La Jornada no tiene desperdicio: "Resultó muy alta la factura que se tuvo que pagar por un voto..."

En ese debate intervino también la presidenta Claudia Sheinbaum, quien celebró que se diera esa discusión al interior del partido guinda y señaló que el tema de la afiliación de personajes polémicos los tendrá que resolver la dirigente nacional, Luisa María Alcalde.

Ante las expresiones de rechazo a esas afiliaciones, Alcalde tuvo que salir a declarar que sólo se trató de un "registro" y que será la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia la que resuelva lo conducente. 

Aquí en el estado también hubo molestia entre fundadores de Morena al saber que otro expriista, Nicolás Bellizia, también ya está afiliado al partido gobernante. Una raya más al tigre.

¿Entrará Morena a una nueva redefinición de principios y objetivos?, ¿seguirá vigente el no robar, no mentir, no traicionar?