Con la temporada de lluvias y la llegada del invierno se incrementan velozmente los casos de infecciones respiratorias, el clima frío y las precipitaciones frecuentes nos llevan a pasar más tiempo en espacios cerrados y hacinados, favoreciendo contagios sin una adecuada ventilación. También, el aire seco reseca las mucosas de las vías respiratorias, haciéndolas más susceptibles a infecciones. Además, las festividades y reuniones familiares de la temporada aumentan el contacto entre personas, facilitando la propagación de virus y el contagio exponencial de cientos. Entre las afecciones de temporada más comunes están la influenza, el COVID-19 y la neumonía.
En particular, la influenza afecta principalmente a la nariz, garganta, bronquios y, eventualmente, los pulmones. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, malestar, cefalea, dolor de garganta, tos seca y rinitis. La mayoría se recupera relativamente rápido; pero en niños pequeños, adultos mayores y enfermos crónicos, la infección puede agravarse provocando neumonía o causar la muerte. Con tendencia global creciente, se estiman cada año cerca de 700 mil decesos relacionados con la influenza. El virus se transmite con facilidad entre las personas a través de gotículas y pequeñas partículas expulsadas al hablar, gritar, toser o estornudar. La mejor manera de prevenirla es vacunándose cada año. Hay 4 tipos de virus de la influenza, pero los causantes de epidemias son el A y B. Los subtipos letales actualmente circulantes son AH3N2 y AH1N1, éste último fue el causante de la pandemia de 2009, cobrando la vida de más de 150 mil víctimas, y ameritó un confinamiento preventivo por unos días en muchos países como México.
El último informe de la Semana 43 para Vigilancia Epidemiológica de Influenza, COVID-19 y otros virus respiratorios, reporta 657 decesos por COVID en el país; 1 de cada 4 en CDMX y junto a Querétaro, Estado de México, Nuevo León y Puebla suman poco más del 50% del total. De manera discreta pero letal, el coronavirus pandémico se ha quedado entre nosotros cobrando aún más vidas; y el riesgo no es menor, pues se contabiliza una masa crítica cercana a los 14 mil casos confirmados. Tabasco, con casi 270 casos y 14 decesos figura ya entre los afectados. A la par, la influenza empieza a causar estragos, con tres defunciones entre Guerrero, Yucatán y San Luis Potosí; que podría escalar a decenas, en virtud de que el número de casos confirmados ya empiezan a registrar centenas cada semana. Solo Yucatán acumula más de 1 de cada 4 contagios y junto a Campeche y Veracruz suman poco más de la mitad de todos los casos de influenza en el país. Más de una decena de casos se reportan en Tabasco, todavía sin decesos que lamentar.
A mediados de octubre pasado inició la campaña nacional de vacunación contra la influenza y el COVID-19 para este ciclo. La meta es aplicar más de 36 millones de vacunas para la primera y casi 23 millones para la segunda, entre octubre y marzo de 2025. Para Tabasco habría 550 mil dosis contra la influenza y más de 200 mil contra el COVID, priorizando la población con mayor riesgo de complicaciones, hospitalización y mortalidad. Con particularidades sobre niños y gestantes, la población objetivo está compuesta por menores de 5 años, mayores de 60, embarazadas, personal de salud, y enfermos con comorbilidad de riesgo: males cardiovasculares y respiratorios crónicos como las EPOC o asma, diabetes, obesidad, insuficiencia renal, inmunosupresión, cáncer y con VIH.
Las vacunas son altamente efectivas y eficaces para reducir los riesgos de hospitalización y decesos de pacientes afectados por estos virus que mutan constantemente, así que es importante e imperativo que acudan a vacunarse, sobre todo esta población más vulnerable. En la pasada pandemia vimos, vivimos y sufrimos la muerte por una enfermedad respiratoria contagiosa y letal. Aprendimos que las vacunas, el cubreboca y la sana distancia son el trinomio que más vidas salvan.
(drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)