UN TAL TALES, nacido el año 624 a.C, en Mileto (hoy Aydin, Turquía) consideró que era el agua, la parte sustancial origen de todo lo que existe, lo conocido y lo desconocido. No se anduvo por las ramas ni andaba tan equivocado cuando pensaba así hace más de dos mil quinientos años. Nosotros, cuando niños, habíamos escuchado en la escuela primaria que nuestro cuerpo, el del ser humano, este que habitamos fugaz, está integrado casi por un 80 % de líquido.
EN EL REGISTRO de la historia de la Filosofía, Tales junto con otros cuales, Anaximandro y Anaxímenes, son llamados los presocráticos (cómo se pensaba antes de Sócrates, el maestro). Y a Tales de Mileto, se le llama con justeza, el Padre de la Filosofía. ¿Y qué había antes de él en el pensamiento ya humano? Estaban los mitos fundacionales. Todo ese conjunto de historias que se contaban los primeros hombres para explicarse lo que no comprendían. ¿Y ese rayo? ¿Y esa lluvia? ¿Luz y oscuridad con el día y la noche? ¿Vida y muerte? Los mitos explican todo eso de una manera como en el inicio del pensar se explicaban los hombres. Eran los albores de la humanidad. Recordemos que no había ciencia. Se la explicaban con mitos, se creía a los mitos, porque no necesitaban demostración. Y además era lo único que había.
EL LOGRO DE TALES no fue esencialmente que haya considerado al "agua" como el principio de todo, dice Aristóteles, sino que haya concebido el concepto, la idea, de que hay "un principio" de todo, que ha generado todas las cosas, de allí proviene todo lo que existe, todo lo que conocemos, y todo lo que no conocemos, pero que asimismo existe. Es el concepto de donde parte la Filosofía, "¡la madre de todas las ciencias!" y por lo que se le llama a Tales "El padre" de la Filosofía, es precisamente por eso, el haber concebido el concepto del origen. A nadie se le había ocurrido.
DEMOS UN SALTO al 2022. Todos tenemos la capacidad de pensar, sí, claro, por supuesto. Generalmente nos ocupamos en pensar solo en lo inmediato, en nuestras "urgencias". Y estas refieren a la casa, a nuestro trabajo, al tráfico, a las posadas, a las vacaciones, a descansar, a lo caro que está todo, a que el IFE no se toca, a que el IFE sí se toca, etc. Y refunfuñamos y no pasamos de allí. Y si todos tenemos esa capacidad de pensar, muchos filosofan, pero muy pocos son filósofos. De hecho, la capacidad de pensar es innata al ser humano; de filosofar le es natural al niño, solo que luego cuando crece, le cortamos esas alas.
LE PONGO DE EJEMPLO, porque lo recuerdo bien, una ocasión que una de mis hijas llegó del kinder. Me dijo que la maestra les había explicado sobre el origen del hombre, y que Adán y Eva habían sido los primeros seres humanos de la tierra (mito). "Y yo me pongo a pensar, papá: ¿Quién les daría su biberón?"
VOLVIENDO A ESOS TIPOS no comunes que empezaron a pensar, Anaximandro consideraba que hay algo "indeterminado" e "indeterminable". Ante estos conceptos, de algo que no se puede saber, según las mismas palabras, pero lo importante es el concepto en sí, de que hay algo donde se origina todo. A partir de allí, de eso que no se sabe, habría empezado todo: a separarse lo uno de lo otro, lo caliente de lo frío, lo húmedo de lo seco, la luz de la oscuridad, etc. Y en un proceso gradual (muchos, pero años después se hablaría de la evolución) se originaría el universo. O lo que aún hoy conocemos como universo.