¿Cómo eran las visitas presidenciales a Tabasco en los tiempos de antes?
Es pregunta que surge al calor de lo que sucede ahora, cuando en la Presidencia de la República está al frente un tabasqueño que como Andrés Manuel López Obrador siempre alzó la voz para que la Federación atendiera los reclamos populares de esta región del país.
Los anteriores Presidentes de la República cuando visitaban nuestro Estado, con el mandatario en turno, asistían a eventos públicos, recorrían puntos específicos inaugurando obras en los municipios o en la misma capital tabasqueña, celebraban reuniones de evaluación de programas sociales o acciones relacionadas con la industria o las empresas.
En mis tiempos iniciales de reportero allá por 1977, recuerdo inclusive, que hasta hubo visitas presidenciales –esa vez era el mandatario nacional Don Luis Echeverría Alvarez--- aderezadas con la presencia de personalidades públicas de otras naciones. En esa ocasión, LEA vino a Tabasco acompañado del Presidente de Panamá, Demetrio B. Lakas y ambos inauguraron la avenida Universidad, una de las primeras rutas modernistas construidas en Villahermosa. Era gobernador del Estado el licenciado Mario Trujillo García y esa vez el pueblo tabasqueño recibió a ambos Presidentes en medio de un ambiente de jolgorio al extremo que hasta en Plaza de Armas hubo una multitudinaria verbena popular donde resaltó la fraternidad y amistad entre la concurrencia.
Luego serían Presidentes Don José López Portillo y posterior a éste Miguel de la Madrid Hurtado. Los dos, cada quien en su oportunidad, realizaron visitas presidenciales a nuestra entidad y siempre fueron recibidos con respeto y con ambiente festivo en el aeropuerto, sin alteraciones al orden público ni actos graves que empañaran esas giras, en las cuales los mandatarios ---aún no siendo originarios de este Estado-- entregaban obras y hacían anuncios de nuevas inversiones o proyectos nuevos en beneficio de los tabasqueños.
Eran, así se consideraban, visitas presidenciales muy productivas que reflejaban el interés de los Presidentes por impulsar el desarrollo social, económico y productivo de Tabasco.
Cuando López Portillo fue Presidente, el gobernador era el ingeniero Leandro Rovirosa Wade y en ese período en la Federación –después del conflicto público del mandatario tabasqueño con el director general de Pemex, Jorge Díaz Serrano— se logró entender que era necesario responderle a nuestro estado con suficientes recursos presupuestales para impulsar su desarrollo y progreso. Así en ese sexenio 1977-1982 fue cuando se vivieron momentos de esplendor y crecimiento económico en esta bella provincia mexicana.
En ese entonces fue cuando se efectuó la construcción del moderno Complejo Urbanístico Tabasco 2000, y se hicieron obras viales importantes en la ciudad de Villahermosa como las ampliaciones de la avenida Sandino y 27 de febrero.
También se construyeron obras trascendentales del Sector Salud como el Hospital “Rovirosa”, el tomógrafo y el Hospital del Niño “Rodolfo Nieto Padrón”. Pemex hizo importantes donaciones de asfalto y con ello se logró hacer una titánica obra caminera al extremo de que Cunduacán, enclavado en zona petrolera, fue uno de los municipios donde la pavimentación de caminos quedó cubierta al 100 por ciento.
Tiempos aquellos cuando hasta los indígenas pudieron acceder a un relevante proyecto impulsado por el Instituto Nacional Indigenista, dirigido en Tabasco por el que hoy es Presidente de la República. En esos tiempos, AMLO como director del INI Tabasco logró atraer recursos federales con los cuales –y con el apoyo de LRW-- se pudo desarrollar el Programa “Camellones Chontales”, que permitió no sólo involucrar a ese segmento poblacional de la zona indígena localizada en Nacajuca y quienes además tuvieron oportunidad de hacerse escuchar a través de otro proyecto significativo: XENACJ la Radio Chontal al servicio de los pueblos originarios.
A partir de Miguel de la Madrid, vendrían las giras presidenciales en la época del neoliberalismo que seguirían con Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón enfocadas más a reuniones tecnocráticas de gabinete y algunos eventos públicos. Salvo por la diferencia que impuso el gobernador Enrique González Pedrero, con una visión distinta a la dominante en la Federación.
Las visitas presidenciales, entonces –que han quedado ya en el recuerdo— eran giras de trabajo donde en forma pública se exponían logros y acciones de Federación y Estado. Eran actos donde el mandatario nacional entregaba obras y evaluaba trabajos de la Federación en Tabasco pero todo en un marco de respeto y cordialidad. Pero sobretodo resaltaba la hospitalidad del pueblo tabasqueño hacia el visitante.
Y en tiempos de la 4T ¿cómo son las visitas presidenciales? (altar_mayor@yahoo.com.mx)