Es un lugar común decir que en Tabasco no ha habido política cultural o cultura desde el tiempo de Enrique González Pedrero, más aún cuando estamos cerrando el trienio más nefasto en el tema; aunque supuestamente ya está en el gobierno el partido del proyecto alternativo por el que luchamos desde los 80.
La cuestión es muy sencilla: EGP tenía una política cultural definida como objetivo último del proyecto de desarrollo, tal y como lo estableció en su programa de gobierno, en el cual no se separaban las actividades económicas, los servicios públicos, la infraestructura y la educación de los objetivos culturales.
Proyectos culturales como el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena tenían tanta importancia como el Plan Guayacán y la CODEZPET (Comisión para el Desarrollo de las Zonas Petroleras de Tabasco), por ejemplo.
Los siguientes gobiernos no han tenido políticas culturales. Se han ocupado de ceder la posición -de acuerdo al carácter patrimonialista de su gobierno- a un grupo o a otro, representado por el director o secretario de Cultura (si el siguiente gobierno hiciera nombramientos patrimonialistas traicionaría la lucha iniciada en Tabasco en 1988).
Por lo tanto, el primer objetivo debe de ser definir una política cultural que esté cuando menos a tono con los objetivos de un desarrollo más social que económico (que por la calidad del capital humano que desarrolla, genera a su vez más crecimiento y desarrollo económico como explicaba EGP) antes que buscar un nombre o personaje.
LOS RETOS PARA TABASCO
1) La política cultural debe tener por objetivo el desarrollo social general de toda la población de Tabasco. Teniendo además como base la concepción amplia de cultura como una forma de vida de calidad, convivencia no violenta, equidad de géneros y conciencia de la crisis ambiental que estamos viviendo.
2) Esta población es múltiple y diversa y a todos hay que responder e integrar: aquellos que ya han tenido participación y respuesta (la burocracia federal y estatal, los intelectuales y clases propietarias urbanas y rurales con formación "cultural"), y quienes no han sido parte, que van desde las familias de los petroleros (ingenieros y obreros), de comerciantes (grandes, informales y tradicionales), campesinos mestizos e indígenas y la amplia población de colonias populares urbanas y periurbanas.
3) En este mismo sentido debe de reconocer, mantener y promover las diversas formas de patrimonio cultural material e inmaterial que tienen los diversos grupos y regiones. Al mismo tiempo de conservar y dar mantenimiento al equipamiento material, escuelas, bibliotecas, casas de cultura, museos y demás infraestructura cultural -además del patrimonio natural como paisajes, frutas y flores exclusivas de Tabasco- ya existente. Para esto último se necesita mantener un personal capacitado con condiciones de empleo y de trato dignas.
4) Debe ser una política complementaria de todos los niveles de educación (desde primarias hasta universidad), para ayudar a las otras instituciones (universidades y tecnológicos) a combatir el nivel de atraso relativo en lo cualitativo que tiene Tabasco a causa de la autocomplacencia. Esto implica también actuar para romper los prejuicios de los científicos en contra de la cultura y viceversa.
5) Debe contrarrestar (si es posible integrando al programa de formación a los medios comerciales) la cultura nociva (violenta, morbosa, agresiva, mal informada e ignorante) de los medios de comunicación locales y externos. (Continuará: Combatir la autocomplacencia; apertura e identidad)
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(*) RODOLFO URIBE INIESTA. DOCTOR EN CIENCIAS SOCIALES DE EL COLEGIO DE MEXICO, INVESTIGADOR DEL CRIM (CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES MULTIDISCPLINARIAS) DE LA UNAM. EVALUADOR PARA EL CONACYT DE POSGRADOS DE PROMOCIÓN CULTURAL. HA PUBLICADO ARTÍCULOS SOBRE LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA CULTURA EN EL SIGLO XXI Y EL ESTUDIO DE CULTURAS REGIONALES. CUENTA CON CUATRO LIBROS SOBRE DESARROLLO, MEDIO AMBIENTE, ETNICIDAD E INFRAESTRUCTURA EN TABASCO, ASÍ COMO CUATRO LIBROS DE POESÍA Y FOTOGRAFÍA.)