Hoy me pregunto: ¿qué es ser lector? Será alguien que lee anuncios, letreros, nombres, placas de héroes o señalamientos cuando camina por la calle. Tal vez la persona que acumula libros en su casa hasta formar torres y luego coleccionarlos.
¿Qué es ser lector? ¿Será mirar más allá? ¿Será una lucha sin descanso? ¿Será algo que nos lleva a la simplificación de la vida? ¿Buscar plenitud y conciencia?
Muchas veces he escuchado que los que leen son considerados intelectuales, eruditos, inteligentes…
Recuerdo que en casa no había libros. Mis padres siempre fueron ajenos a la lectura. Si por algún motivo me veían con una revista de inmediato me decían que dejara de perder el tiempo.
Fue hasta la preparatoria que conocí los cuentos de Juan Rulfo. La maestra de Español dejó leer el libro, el ejercicio consistía en explicar la trama de alguno de los cuentos, pero sería al azar, así que no sabíamos con exactitud cuál de todos tocaría.
Más adelante llegó Mario Vargas Llosa, la historia aún la tengo presente y me martiriza. “Pichula”, el personaje principal, había sido mutilado de su miembro viril por un perro.
Luego un profesor de Filosofía gustaba de prestarnos libros, en ese entonces me dio “Cosmos”, algo de Octavio Paz (El laberinto de la Soledad), poesía de Carlos Pellicer y Jaime Sabines.
En la universidad los textos cambiaron, le entré a Milán Kundera, Saramago, un poco de Borges, pero no pude del todo con el argentino.
A la memoria viene un taller literario. Ahí conocí a personas que me fueron guiando, aunque un poco en desorden… para continuar leyendo.
Ahora me doy cuenta que es mínimo lo que en realidad me he acercado a la lectura. Y sigo preguntándome ¿qué es ser lector?, aunque ahora le he sumado otra pregunta: ¿para qué leemos?
A veces sólo alzo los hombros y busco a Carlos Monsiváis con ese humor negro para tratar de entender las anteriores preguntas.
Gabriel García Márquez era citado infinidades de veces por los compañeros. El colombiano tenía algo que lo identificaba, dicen que era su realismo mágico, además de sus andanzas en el periodismo.
Hasta ahora sigo esperando el momento de leer Rayuela de Julio Cortázar. Al Quijote solo le he dado una hojeada, comentan que es divertido leer el libro por sus “locuras”, pero encuentras sabias experiencias de aquel caballero con su Sancho Panza.
Otros me han dicho que la literatura está escrita con el idioma del interior humano, y que para emprender la odisea se debe dejar a un lado la razón. ¿Filosofía pura?
Si buscamos ser lectores recomiendan que en cada libro debemos buscar signos para encontrar asombros. Leer para tomar conciencia.
A veces sigo pensando que si mi padre me viera leyendo, tal vez todavía me dijera que dejara de perder el tiempo.
Continúo en la lucha buscando secretos, emociones, lugares, motivaciones, molestias, júbilos… en cada uno de los libros que llegan a mis manos.
El punto es responderme algún día: ¿cómo ser un lector? Se necesita tiempo. Por el momento basta con seguir construyendo y ser cómplice de la poesía, la novela y el cuento.
PARÉNTESIS
Iniciaron las explicaciones del programa “Adiós a tu deuda”. El propio gobernador bajó a Tamulté de las Sabanas y luego a Macuspana para decirles a los lugareños en qué consiste el acuerdo. Lo que sí quedó claro es que todos tenemos que pagar los recibos. (kundera_w@hotmail.com)