LO QUE VIMOS EL LUNES más que un debate fue una especie de comparecencia de Claudia Sheinbaum (Morena, PVEM, PT), Xóchitl Gálvez (PAN, PRI, PVEM) y Jorge Álvarez Maynez (MC), en un ejercicio anunciado oficialmente como "debate". Esta no es sólo la opinión del columnista, sino también la percepción de diversos observadores. Así lo externamos el lunes durante un programa radiofónico en torno al tema realizado por la XEVX, XEVA, Radio Río y XEZX, empresas que han integrado una alianza para difundir cuestiones relacionadas con el actual proceso electoral.
De entrada, la pregunta de rigor fue quién se consideraba que había ganado el denominado debate. En mi caso, establecí que más que una opinión personal prefería referirme a un balance entre lo expresado por unos 20 denominados "líderes de opinión", en los diarios Reforma, El País, El Universal, El Financiero y Excelsior, la misma noche del domingo. Al calor de la percepción reciente de ese encuentro.
Comenté que de los 26 (para ser exactos) consultados en las respectivas páginas de esos medios, 13 le dieron la victoria a Claudia Sheinbaum, 2 a Xóchitl Gálvez y el resto criticaron el formato o el desempeño, o se manifestaron neutrales. La opinión favorable a la abanderada de la coalición en el poder fue abrumadora.
Evidentemente que en estas cuestiones no se pueden sacar conclusiones definitivas si no se considera el post debate, porque es en esta etapa donde los estrategas muestran su capacidad y habilidad para aprovechar los aciertos de sus representados y los errores del contrario.
ESPERABAN MÁS, TUVIERON MENOS
DE ENTRE los 26 opinadores referidos, me llamó la atención que algunos abiertamente anti López Obrador, reconocieron el desempeño de la abanderada morenista; en tanto que algunos, declaradamente opositores e identificados con Xóchitl, manifestaron su desconcierto frente a cómo se desenvolvió su favorita.
Con el transcurso de los días tales conclusiones se han ido matizando, pero el balance general favorece a la candidata morenista. Sobre todo porque logró su objetivo: mantener en lo posible su ventaja. Esto lo veremos en el promedio de las ya próximas encuestas.
También me queda claro que la mayoría de los que siguen un encuentro de candidatos ya tienen definidas sus preferencias, por lo que observan con interés más bien cómo resulta la participación de a quien apoyan o del adversario. Los indecisos forman una minoría. Me comenta un lector: si no existe una preferencia definida, difícilmente se mantendrá uno atento al debate si éste no es atractivo. Dicho de otra manera: si el partido es aburrido y no juega el equipo de su preferencia, simplemente se cambia de canal.
Para un experimentado analista de este tipo de ejercicios –en México se realizan debates desde 1994 y en América Latina desde la década de los años 60 (Brasil y Venezuela)-, hubo varios factores que deberán revisarse y mejorarse tanto en la forma (escenografía, moderadores, tiros de cámara), como de fondo (tipo de preguntas, tiempo de respuesta y temas). Lo cierto es que el debate de 2018 entre los aspirantes presidenciales de entonces fue mucho más dinámico.
Decía en el programa que mencioné al principio, realizado en las instalaciones de la XEVX y con la participación del periodista Enrique Muñoz González, que diversos estudios han demostrado que los "debates" entre candidatos tienen muy poco impacto en la decisión de los votantes. Cuando se mueven los porcentajes sólo lo hacen en 2 o 3 puntos, lo cual sí es determinante en una competencia cerrada pero con pocos efectos si la distancia entre el puntero y el segundo lugar es de dos dígitos.
Comentó en alguna ocasión el especialista argentino Hernán Charosky: "lo importante (de un debate) no radica en el impacto en el voto, sino en la oportunidad igualitaria para todos los candidatos de presentar sus propuestas y que el electorado los conozca en tiempo real".
TODO EN CALMA
No hubo sorpresas en la comparecencia dominical de Sheinbaum, Gálvez y Álvarez.
Es un hecho que quien representa a la fuerza política en el poder tiene en su contra las limitantes del hacer (es juzgado por lo que se hizo) frente a la ventaja de los opositores de prometer (siguiendo la conseja popular: el prometer no empobrece, el cumplir o no cumplir es lo que aniquila).
A vuelo de vista de pájaro, le menciono la apreciación de algunos líderes de opinión la misma noche del debate:
Sergio Sarmiento: Claudia hizo lo que debía; Xóchitl no pudo. (Reforma)
Jesús Silva Herzog: Ganó Claudia. Se vio experimentada y con aplomo. (Reforma)
Gabriela Warkentin: Ganó Claudia, porque los otros fueron muy malos. (El País)
Vanessa Romero: Ganó la puntera, porque mantuvo su posición. (El País)
Javier Garza: Claudia, bien librada; Xóchitl, nerviosa, sin preparación. (El País)
León Krauze: Ganó Sheinbaum, tuvo malos oponentes. Cuidó su ventaja. (El Universal)
José Antonio Crespo: Sheibaum, bien, pero con mentiras. (El Universal)
Denise Dresser: Ganó Claudia, pero por los peores motivos.
Y así por el estilo. De los consultados esa misma noche del domingo por sus medios (menciono a unos 26) sólo Guadalupe Loaeza y Enrique Krauze (Reforma), y Sabino Bastidas (Excelsior), avalaron el desempeño de Gálvez.
Reconocieron la ventaja de Sheibaum, además de los citados: Sabina Berman, Enrique Quintana, Viri Ríos y María del Carmen Alanís.
Como decía: cambia muy poco la posición que han logrado en un mes de campaña. Álvarez Maynez tenía poco que perder y mucho qué ganar, y lo hizo.
AL MARGEN
Agradezco la conducción de la Mesa de Análisis a Selene Shirma y Leonel Magaña, así como la invitación de las emisoras XEVX, XEVA, Radio Río y XEZX, en especial a Alejandro Pazos. (vmsamano@hotmail.com)