Apenas el pasado 12 de diciembre de 2018 se dio un cónclave -el último- entre la cúpula del Partido de la Revolución Democrática y el entonces gobernador Arturo Núñez Jiménez, a pesar de faltas notables como Juan Manuel Fócil, a convocatoria de Darvin González Ballina asistieron Gerardo Gaudiano, Auldárico Hernández, Tito Filigrana, Casilda Ruíz Agustín, los seis diputados locales y varios dirigentes municipales.
De más está reseñar que el discurso de Núñez fue de reconocimiento al esfuerzo realizado, a pesar de que este no fue suficiente para alzarse con la victoria el primero de julio pasado; y en contrapartida, los cuadros perredistas, con Darvin a la cabeza, emitieron palabras sobrias de agradecimiento y mensajes cifrados unos y abiertos otros, que redundaban en la lealtad al jefe político, que le aseguraban la cobertura en un final de administración que ya se avizoraba crítico.
Sin embargo, bastaron un mes y una semana, para ser exactos el 21 de enero del año que corre, para borrar esas palabras de aliento y transformar el compromiso de morir en la raya y de ofrecer estoica resistencia, en agrios reproches, y lo que es peor, trasnochados deslindes.
Muy rápido olvidó González Ballina su paso por la coordinación de pueblos indígenas, al frente de la cual estuvo más de cuatro años, donde su derecho de picaporte con el mandatario le permitió “saltarse” a las dos titulares de la SEDESO, quienes preferían hacerse de la vista gorda ante lo infructuoso que resultaba tratar de alinear al “amigo” del gobernador; de corta memoria y larga deslealtad, el Chucky, como lo apodan en su partido, no recuerda tampoco que sus hijos Elin e Itzel ocuparon sendas direcciones de área en diversas dependencias estatales, o quizá a sus propios vástagos se refiera cuando habla de “funcionarios perredistas piratas”.
Quienes participaron en la malograda campaña de Gaudiano, afirman de manera categórica que nunca vieron a su dirigente estatal, nunca lo sintieron, salvo para reclamar recursos para sus allegados, los mismos que hoy presionan para que la dirección nacional los ratifique al frente de lo que queda del partido, máxime cuando la chamba gubernamental se acabó, cuando ya su protector Núñez no tiene nómina para arroparlos.
De su parte, los Gaudianistas, con el propio Gerardo al frente, se hacen como el tío Lolo, intentando un deslinde fácil de quien ahora les resulta incómodo, nada más falaz, por supuesto que Gaudiano fue el candidato de Núñez, eso tampoco se podrá borrar de la memoria de las y los tabasqueños.
“Núñez nunca quiso a Gerardo” acusan, “no se vio la mano del gobernador en la campaña” señalan. Puede ser, pero tampoco hizo mucho Gaudiano por tomar distancia del hasta entonces hombre fuerte, incluso hay testimonios que remachan que en vísperas de la visita de Ricardo Anaya a Tabasco, varios de sus allegados le propusieron a Gerardo aprovechar esa última oportunidad para marcar un quiebre con Núñez y abrazar la causa de AMLO, aunque fuera en calidad de hijos bastardos, no reconocidos por el lider máximo, era menos peor eso que el destino previsible al mantenerse en un desdibujado frente con Acción Nacional, pero “como siempre, no escuchó e hizo su voluntad”, más aún, dicen los enterados que solo uso el argumento de su posible adhesión al peje para chantajear a Núñez y conseguir exiguos apoyos para cumplirle a su estructura de promoción, masa política amorfa y disímbola que entre la falta de pago, de perspectivas y por su natural simpatía hacia Andrés Manuel, terminó operando a favor de los candidatos morenistas.
Los focilistas por su parte, esos que hoy se ensañan en un juicio sumario vs Arturo Núñez, fueron también beneficiarios por omisión del régimen recién sepultado, los ejemplos y los casos abundan, de quienes fueron víctimas de la extorsión de este grupo cuyas prácticas cuasi gansteriles van desde la venta de candidaturas hasta los moches a cambio de la gestión de tajadas del presupuesto público, pasando por la venta de protección de las cuentas públicas.
A Juan Manuel se le olvida que fue la mano de Núñez la que lo catapultó al senado, posición que le correspondía a Jaime Mier y Terán como segundo mejor posicionado en la encuesta, la misma que primero descalificó cuando se dio por ganador a Gaudiano, la misma que posteriormente avaló cuando se le aseguró la primera fórmula, pase directo al Olimpo legislativo.
El PRD de Núñez dio para casi todo, excepto para hacer gobernador a Gaudiano, pero dio para que muchos de quienes hoy lo vituperan llegaran a ambas cámaras federales, el congreso local, presidencias municipales y gabinete de gobierno, así que palabras como las de Ballinas resultan ofensivas para los tabasqueños, fueron, son y serán vinculados con Núñez, aunque se lo raspen.