Ya como Presidente en funciones AMLO está cumpliendo la columna vertebral de sus promesas, la de no descansar (trabajaré 16 horas diarias ha amenazado), abrir las puertas de la ex residencia oficial de los Pinos al público, poner en venta de inmediato al avión presidencial y seguir viajando en líneas comerciales, crear la comisión de la verdad para atender, dar certeza y una explicación amplia a México y sobre todo a los padres de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, reunirse con el gabinete que incide directamente en temas de seguridad para no delegar este importante tema y atender las circunstancias de inmediato, y así ira imprimiendo su “personal estilo de gobernar” para hacer de su gestión, un ejercicio distinto, dignificador y al servicio de la gente.
Durante su largo caminar – muy comentado- hacia el poder, Andrés Manuel debió haber recibido, percibido, visto y vivido miles de momentos donde el pueblo raso le confiaba su vida, su esperanza y sus anhelos, sin embargo, la escena de un joven pedaleando al costado de aquel Jetta que en su interior transportaba al hombre que en unos minutos recibiría todo el poder de este país, no debe olvidársele nunca; el presidente AMLO ante cada decisión, emprendimiento y ejercicio de su investidura deberá tener presente, cincelándole aquel “en ti confiamos, no nos puedes fallar” que le espeto con voz valerosa aquel joven ciclista, no por nada muchos confesaron en redes sociales que la difusión en televisión y otros medios electrónicos, detono un sentimiento de nostalgia pero también esperanzador que les aflojo y removió las fibras más recónditas e íntimas de su ser.
Es menester pues, que desde Palacio Nacional deberá prevalecer una visión amplia, plural e integradora, centrada en la búsqueda del progreso y la paz, pero también abierta a la crítica, proclive al respeto ante el disenso, y propugnadora de puentes que dístense divergencias y ópticas distintas; el gran reto del Presidente es lograr homologar a su equipo de colaboradores, ampliar su manto impoluto, para “embarrarlos” de honestidad y compromiso, ya que también, como una exigencia primaria coexiste que deberá estar atento para cortar de tajo e inmediato a aquellos que con piel de oveja escondan fieras fauces de lobo para seguir pegados a la ubre burocrática y en espera de un resquicio para sacar ventaja de los dineros públicos, muchos aseguran que de “esos oportunistas” está impregnado el equipo a lo largo y ancho del territorio nacional; el Presidente tiene sobre si un compromiso titánico que no se podrá sacar adelante solo con cuantiosas y buenas intenciones, para la re-construcción de un país se necesita talento, talante, ingenio, honradez, eficacia, eficiencia y contundencia, virtudes que todo aquel que ostente un cargo, que sea tomador de decisión, deberá tener, de descuidar la profesional asignación de espacios, se corre el riesgo de volver esto de la 4ta en una fiesta de palos de ciegos, esperando que el manto o el “me canso ganso” del líder les subsane los errores o les enmiende la plana…
Zarpazo. Lo de Puebla deambulaba en el ambiente; un reto más que el nuevo gobierno tendrá, impregnar de imparcialidad la posible elección…