Un estudio reciente encabezado por Rocky Mountain Institute (RMI), organización dedicada a mejorar las prácticas energéticas para enfrentar la crisis climática, sostiene que gracias al crecimiento exponencial de las energías renovables, los proyectos solares y eólicos podrán contribuir a lograr los objetivos fijados en el acuerdo climático de París en 2015;.
Lo anterior será posible, porque se proyecta que hacia el año 2030 las energías limpias representarán al menos el 33% de la electricidad mundial, frente al 12% que producen en la actualidad. En el caso particular de la energía solar, ésta contribuirá a disminuir de 40 dólares que cuesta en la actualidad el megavatio/hora (MWh), hasta 20 dólares por MWh.
Para entender de manera ágil y comprensible las oportunidades que ofrece la Generación Distribuida (GD), recurrimos a la ponencia que dictó en el seno de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, el doctor Rolando Fuentes, profesor investigador de Finanzas en EGADE Business School-Tec de Monterrey.
El especialista conceptualizó a la GD como unidades de generación pequeñas que se ubican a un lado del medidor del consumidor; es decir, se produce y consume la energía en el mismo lugar, cuya instalación incluye unidades solares fotovoltaicas en la azotea, un inversor y de manera adicional baterías de almacenamiento, dando paso a la digitalización.
Fuentes, quien también se desempeñó como economista senior en el King Abdullah Petroleum Studies and Research Center (KAPSARC), con sede en Riad, Arabia Saudita, resume las grandes bondades de la GD en las 4 D´s, de la siguiente manera:
En primer lugar, descentraliza el proceso de generación al producirse y consumirse in situ, disminuyendo el estrés al que está sometida la red eléctrica en los periodos y horarios de mayor consumo; en segundo lugar, incide directamente en la descarbonización del sector.
En tercer lugar, a través de la digitalización que conlleva las baterías de almacenamiento resuelve el problema de la intermitencia, permeando y dando vida propia a todo el sector eléctrico; y cuarto, es la llave para democratizar al sector eléctrico, alumbrando a las poblaciones más apartadas y marginadas, apoyando a los productores del sector rural, así como a la pequeña y mediana industria, representando una revolución energética de abajo hacia arriba.
Todo esto sustenta la iniciativa que presentaremos en el próximo periodo de sesiones en la Cámara de Diputados, misma que ya fue revisada por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), y la cual propone incrementar la GD de O.5 a 2 Megawatt (MW), para que además de los hogares, también las pequeñas y medianas empresas, ayuntamientos y organizaciones sociales sin fines de lucro, puedan generar su propia energía para sus procesos productivos y de servicios.
Pero lo más importante es que esta iniciativa rescata la propuesta de aumentar el umbral de la GD contenida en la reforma constitucional que presentó en 2022 el presidente Andrés Manuel López Obrador.