El 19 de enero de 2019 El Diario presente publicó a dos páginas un suplemento sobre un problema público identificado y que pudo haberse transformado en una excelente estrategia para la conservación de la fauna silvestre.
Dentro de las políticas públicas en materia de conservación de la biodiversidad y en la campaña para Gobernador de Tabasco del actual Secretario de Gobernación, Licenciado Adán Augusto López Hernández, anunció que se realizaría el traslado de la fauna silvestre y doméstica del Parque Museo de la Venta hacia el Yumká, de tal manera que este espacio quedaría únicamente para la exhibición de las piezas arqueológicas de la cultura Olmeca.
Pero a más de cuatro años de la campaña y a 65 años de que fue inaugurado el parque Museo de la Venta, nada ha cambiado y las condiciones las condiciones deplorables se mantienen en estos espacios.
Precisamente lo que motivó el anuncio de la clausura del zoológico del Parque Museo La Venta, fueron las confirmaciones de maltrato animal porque no se daba el acondicionamiento de jaulas y espacios en semilibertad. En aquellos tiempos se registraban enfermedades y mortandad de ejemplares.
Si bien, la ruta iniciaba con la identificación de un problema público, este no tuvo la continuidad para que se transformará en una política pública.
El Biólogo Samuel Olán Pérez, señaló en el suplemento mencionado, que los zoológicos no deberían existir, porque la legislación lo prohíbe. Y se autoriza solamente para espacios donde el confinamiento de la fauna silvestre tiene como finalidad la investigación de tal manera que la sola exhibición está considerada como una actividad aberrante. La propuesta del entonces candidato colocaría al estado de Tabasco como una entidad de vanguardia en el manejo de la fauna silvestre en cautiverio, pero las circunstancias no permitieron completar el esquema y después de cuatro años seguimos viendo el mal estado de las especies de espacios totalmente destruidos y de un concepto que ya debió haber sido olvidado. El parque Museo la Venta y el Yumká, son espacios que además de costosos, son indicadores de que no hay una política pública estatal para la conservación de la fauna silvestre. Es esta una excelente área de oportunidad para iniciar y cumplir con algunos de los objetivos de la Agenda 2030 y del Plan Estatal de Desarrollo.