El plan estratégico tiene buenos deseos, pero estos no son para concluir en 2030. Dependerán de la economía, geopolítica, mundial y regional, las relaciones comerciales del país con otras naciones, el asegurar un salario real a los trabajadores, y el entender sobre transición energética, al centrar los conceptos en la electromovilidad en forma real.
A partir de la información proporcionada en el plan 2030, sobre la "Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida", hemos puesto ciertos datos que deberían ser considerados, para poder tratar en el alcanzar el plan en el período de tiempo establecido.
1. Dentro del top 10 de economías: en el año 2014, México ocupó la posición número 15 a nivel mundial, en relación con el PIB, y en 2024 se ubicó en la posición 12. El llegar, dependerá de atraer inversiones extranjeras al país, lo que fomentaría el desarrollo de infraestructuras, la creación de empleo, y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Debido a que el presupuesto programado en el desarrollo económico descendió del 32 a un 23 % respecto al total que el gobierno tiene para gastar. En otras palabras, la gran parte del gasto se destina al desarrollo social y no contribuye directamente al crecimiento del PIB.
2. 100 mil millones de dólares anuales en Inversión Extranjera Directa (IED) hacia el 2030. Esto implicaría un aumento sustancial y sostenido anualizado de la IED, respecto al último trimestre del 2024 (35 mil millones de dólares) entre un 15 a un 20 % arriba de este valor. Significaría, el incremento en mayor proporción de nuevas inversiones, y, sobre todo, que las inversiones entre las compañías decidan enviar el dinero a México, y no a otros lados, como está ocurriendo en la actualidad. Facilitar los trámites, no es la opción idónea. Cualquier país puede hacer lo mismo. La cuestión actual radica en cómo disminuir los riesgos de seguridad, financieros, sociales y asegurar una plena certeza jurídica a las empresas que puedan permitirles invertir en México. La apuesta es el incremento del PIB en función de las exportaciones, y estas no otorgan certeza a largo plazo en una economía actual; debido a cualquier cambio que reduzca el costo de la manufactura, pueden cambiar el lugar de residencia de las unidades económicas. Una de las estrategias probables en 2025, a realizar por Estados Unidos con mayor fuerza, será el onshoring a empresas de su país, y de otras naciones, las cuales proveen lo que el mercado requiere día a día. El cual podría ser logrado por el reconocimiento de costos que reduzcan los impuestos a pagar por las empresas; y con esto ayuden al amortiguar el incremento del costo de la manufactura por la mano de obra, principalmente.
3. Los 1.5 millones de empleos adicionales en manufactura especializada y en sectores estratégicos. En la actualidad, la manufactura se paga en México entre 3 y 4 dólares por hora, y con los socios comerciales dentro del TMEC, entre 25 y 30 dólares por hora. Es imperativo revalorizar e incrementar el pago a los trabajadores mexicanos, incrementando su paga entre los 14 a 18 dólares por hora. ¿Este aumento podrá ser aceptado por las nuevas inversiones nacionales o extranjeras?, y las actuales podrán subir, a este salario, a los empleados. La población económicamente activa ocupada, actualmente de diez personas de esta seis, no está inscrita al seguro social. En la industria manufacturera existen al mes de noviembre del 2024 alrededor de 9.8 millones de personas, y de las cuales solo el 38 %, están inscritos al seguro social. Los nuevos empleos considerados en la estrategia, todos estarían inscritos al seguro social, y con qué tipo de salario estarían. Actualmente, diez inscritos al IMSS, seis están ganando máximo dos salarios mínimos, y representan entre 2 a 3 dólares por hora en jornadas de 8 horas, y lo cual dista mucho de lo esperado. Mucho empleo ha habido, pero la mayoría está mal pagado. CONTINUARÁ. (– Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos)