PRI y PAN se repartirán el pastel (escaso) de la alianza opositora; riesgo para PRD

SALVADAS MOMENTÁNEAMENTE las diferencias, los dirigentes de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD)

*Los dirigentes de los dos partidos marcaron cómo será su pacto

*Los solaztequistas con derecho al pataleo, pero en la ruta del fondo

*Movimiento ciudadano prefiere ser cabeza de ratón; PVEM, cómodo

SALVADAS MOMENTÁNEAMENTE las diferencias, los dirigentes de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), mostraron que la alianza opositora para el 2024 no será tan fácil. Como tampoco lo es para Morena conservar su coalición tanto con el PT y PVEM, como con los diversos y opuestos grupos que logró integrar Andrés Manuel López Obrador en 2018 y que dan muestras de dispersión, sólo mantenidos cohesionados por su liderazgo. 

El papel que PRI y PAN le asignaron al PRD quedó evidenciado en el comunicado en el que Marko Cortés y Alejandro Moreno expusieron que por acuerdo la selección de los candidatos a las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, quedó en manos del tricolor, en tanto que sería el blanquiazul que definiría la postulación de los aspirantes para la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2024.

Si bien después del comunicado el cuestionado dirigente priista Moreno Cárdenas negó que hicieran a un lado al PRD, el jefe solaztequista Jesús Zambrano lamentó el trato dado a su partido. Seguramente habrá negociaciones para evitar la fractura de esa coalición surgida formalmente para los comicios del 2021, pero la expresión de PRI y PAN refleja una dura realidad para la dirigencia perredista: los partidos mayores en una alianza se devoran a los pequeños. 

VERDES Y NARANJAS, AL ACECHO

EN LAS ELECCIONES del 2018, el PRD –desfondado por el éxodo de los obradoristas a Morena-, fue en alianza con el PAN para la Presidencia; en tanto que el PRI llevó de socio al Partido Verde. El PAN obtuvo un 18.68% de la votación y el PRD se quedó apenas en un 5.49; por lo que hace a la alianza "Por México al Frente", el PRI cosechó 17.22% y el Verde, 4.99. Este último partido, fiel a sus cálculos de oportunidad, apenas entregada la constancia de triunfo a López Obrador saltó hacia la coalición gobernante. 

Un partido que al parecer aprendió la lección fue Movimiento Ciudadano, cuya alianza con el PAN y PRD le significó obtener en 2018 apenas 4.60% menos que lo que recibió en 2015. Por esta razón decidió ir solo en las intermedias del 2021 obteniendo 7% de los votos, creció poco pero lo hizo.

Sin embargo, en esas intermedias del 2021 el PRD no sólo mantuvo su alianza con el PAN sino que jugó suerte con el PRI. Resultado: su votación cayó casi al límite de perder el registro, 3.64%. En las elecciones estatales, salvo en Tabasco y otros pocos estados, los solaztequistas perdieron el registro local conservando únicamente el nacional.

Se entiende entonces porqué, a partir de los números del 2018 y 2021, sea el PAN el que lleve la voz de mando para dos de las posiciones más buscadas en las próximas elecciones generales: Presidencia y Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Y también que por ser hasta ahora Edomex y Coahuila bastiones del PRI los panistas haya dejado en manos de aquel grupo las candidaturas en un proceso en el que, además, veremos la operación del viejo sistema.

Una batalla que adelantará la derrota del 2024 para la coalición opositora o revivirá su capacidad competitiva...apostándole también a los intereses en Morena que empujan hacia la dispersión. AMLO sigue siendo factor determinante.

Por cierto, las encuestas y una larga carrera sucesoria aumentaron el riesgo que López Obrador quiso evitar pues se decía que una contienda interna, al estilo de las consultas de la izquierda con asambleas partidistas podrían llevar a la fractura. 

QUÉ PAÍS

UN TEMA CENTRAL que une o separa las propuestas de país es el nacionalismo, la soberanía, que como decía en otra entrega enfrenta hoy retos formidables: como discurso cultural y político. Tiene que moverse entre identidades diversas y deslavadas, de variables culturales migratorias que compiten comercialmente sin anhelo de arraigo. Primero el mercado, después las personas y su hábitat.

La colonización fue conquista territorial. Los foráneos se quedaban. La globalización –magia virtual- no necesita presencias para sustraer ganancias. Ocupa a la distancia.

El tema del nacionalismo es pertinente en el debate por el énfasis local que muestra AMLO en el mundo global (se notó en la Cumbre de Líderes de América del Norte), y por la aceptación popular que genera su arenga cultural con episodios históricos.  Aunque en otros niveles existen gestos contrarios a la defensa del patrimonio inmaterial.  Hay menciones recurrentes a la defensa de México por los liberales del siglo XIX, o a la expropiación petrolera decretada por Lázaro Cárdenas en condiciones críticas para México. También se refiere AMLO a figuras del santoral mexicano: José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo, Ricardo Flores Magón, Francisco I. Madero, con la peculiaridad de bajarlos del pedestal oficioso, con narrativa chispeante que refleja lecturas históricas atentas. 

Cuando habla de "hacer pedagogía política", AMLO describe una parte esencial de su nacionalismo digno, que entiende como "revolución de las mentalidades". ¿Se ha logrado?, ¿podrá sobrevivir al relevo sexenal? (vmsamano@hotmail.com)