EL PARTIDO Revolucionario Institucional en Tabasco fue el gran perdedor de las elecciones del 6 de junio reciente. No sólo en términos de votación porque siguió disminuyendo porcentualmente su apoyo ciudadano, sino porque entró en un proceso de pérdida de identidad que deberá atender cuanto antes. Su alianza con el PAN a nivel local y con el PRD para las diputaciones federales no fue bien vista por un amplio sector del propio ex partidazo. Más allá de la discusión sobre el operativo oficial en una contienda de este tipo, resulta crucial para el tricolor examinar sus propios errores.
Ayer le comentaba cómo el PRD, a pesar de que vive su crisis, en la entidad logró frenar la caída y descubrió la existencia –al menos por ahora- de un “voto duro” que rebasa los cien mil fieles. Los más optimistas refieren hasta 150 mil. Pero una circunstancia contraria debe atender el PRI: su “voto duro” está por debajo del solaztequismo.
Por lo menos es lo que se percibe. Aunque hay otras señales de alerta en la casona de 16 de Septiembre.
SUPERADO POR EL PRD
CON LOS DATOS a nuestra disposición observo que en este 2021 el PRI obtuvo en la suma total de los votos para sus 17 candidatos a las alcaldías (algunos compartidos con el PAN), apenas 79 mil 393 sufragios, lo que representa un 9.16% de los votos válidos. El PRD logró prácticamente el doble: 138 mil papeletas. En la cosecha de sus aspirantes a diputados no le fue mejor: 69 mil 45 votos (un 8%), distribuidos de tal manera que no alcanzó una sola diputación de mayoría. Lo mismo sucedió con los perredistas, pero en este rubro lograron más que sus antiguos adversarios; sumaron 116 mil votos (13.53%)
El problema para el tricolor es que en Tabasco registran una caída sostenida. No es sólo la menor cantidad de votos con respecto a 2018, porque sabemos que en las elecciones intermedias disminuye el total de quienes acuden a las casillas, sino la disminución porcentual. De la misma forma, los más sensatos en ese partido miran con preocupación el avance de sus antiguos aliados y ahora competidores, los del PVEM.
Hace tres años, los candidatos del tricolor a las alcaldías en Tabasco consiguieron en conjunto un total de 108 mil votos en las 17 demarcaciones, para representar un 11.24%; sus aspirantes a diputados sólo obtuvieron 102 mil sufragios (10.56%). Puede notarse una baja porcentual.
Todavía en el 2015, después de su primera gran derrota ocurrida tres años antes en la disputa por la gubernatura, el PRI se defendió en los comicios intermedios: obtuvo 241 mil sufragios para las legislativas (26.24% del total). Logró entonces 4 diputados de mayoría. Después vino la sequía y la apatía.
FACTOR MADRAZO
DOS SITUACIONES relativamente recientes afectaron sin duda al tricolor y que ya hemos mencionado en este espacio: la salida en 2014-2015 de un grupo de militantes encabezados por Federico Madrazo que dio vida a un Partido Verde hasta entonces sólo testimonial, y la emigración en 2021 de otro pequeño grupo de seguidores de Manuel Andrade. Esos dos personajes casualmente están vinculados a Roberto Madrazo, ex gobernador y ex líder nacional del PRI también relacionado con la crisis general de antiguo partido hegemónico.
No se puede afirmar que el desmantelamiento del tricolor sea producto de un solo factor. Tienen que analizarse los procesos nacionales y locales, por lo menos notoriamente desde la gran escisión de 1988 y la salida de Andrés Manuel López Obrador para convertirse en el primer candidato de una oposición organizada y competitiva, el Frente Democrático Nacional (FDN). Pero también remitirnos a los cambios que registró el PRI a partir del auge petrolero –nuevas fuerzas se incorporaron a ese partido para disputar su cuota de poder, notoriamente los caciques del STPRM- y posteriormente la dinámica en la que lo metió la política de Enrique González Pedrero (1983-1987).
Podría decirse a la distancia que el tricolor no resistió la democratización y por lo tanto no se preparó para la competencia. Mientras que a nivel nacional logró temporalmente sobreponerse a la alternancia –ocurrió en la Presidencia y en algunas gubernaturas-, en Tabasco no sólo lleva varias derrotas al hilo sino que pareciera que sus adversarios están adentro. Claro, no es el único partido que se resiste a la autocrítica. ¿Aprenderán otras organizaciones y líderes?
Podemos echarle la culpa al adversario y a sus triquiñuelas, pero eso no es suficiente para remontar las dificultades. Hay quienes ven en un futuro cercano la fusión de algunos partidos.
AL MARGEN
SE DICE con frecuencia que las buenas noticias no son noticia. Así, por ejemplo, cuando Pemex –que por definición la industria petrolera es de alto riesgo- es responsable de un accidente no se le regatean los titulares en los informativos. También, por ejemplo, cuando sucedió el lamentable y trágico caso de la heparina contaminada. Pero ojalá y se fortalezca lo que la administración actual denomina responsabilidad social y que es también acción comunitaria. Nos informan que la empresa aumentó a ocho el número de Unidades Médicas Móviles que opera en Tabasco. Especialmente destinadas a las zonas donde hay más actividad petrolera –Pemex está prácticamente en todo el estado-. De acuerdo a los datos oficiales en los primeros cinco meses de este año las unidades móviles han atendido a unos 27 mil 770 habitantes. No es una dádiva, cierto, es un compromiso; hay que reforzarlo y ampliar su cobertura. (vmsamano@hoitmail.com)