El PRD vive su ocaso como partido con registro nacional. Las elecciones generales del domingo pasaron fueron catastróficas para su causa. No alcanzará el 3% de los votos que establece la ley electoral como requisito para conservarlo.
Tanto en la elección presidencial (1.92%), como en la de senadores (2.33%) y en la de diputados federales (2.50%) no llega esa cifra. En realidad ya no era un partido nacional. Había perdido el registro en una veintena de estados a los que ahora se sumó Yucatán en la elección del domingo pasado.
Su dirigente nacional, Jesús Zambrano, se aferra a su última esperanza, el cómputo distrital de los votos emitidos el dos de junio. Cree que en el conteo de los sufragios, en especial la revisión de los votos nulos, pudieran encontrarse boletas marcadas a favor del PRD, las necesarias como para salvar su registro nacional.
Esa posibilidad es un sueño guajiro, un autoengaño, no querer reconocer la dura realidad, que el PRD es un partido en decadencia desde que se alejó de los ideales de la izquierda y abandonó la lucha social para ser comparsa de los gobiernos priistas y corromperse.
Será su adiós como fuerza política con presencia nacional, después de 35 años de haber sido fundado del fuera su líder histórico, Cuauhtémoc Cárdenas en 1989, y llegado a gobernar la Ciudad de México, Michoacán, Guerrero, Zacatecas y Tabasco, entre otras entidades.
La debacle perredista no es de ahora, sino se comenzó a gestar desde 2012. En ese año el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador, dejó al PRD para crear Morena, tarea que concretó en 2014 cuando el INE le dio el registro.
En la primera participación de Morena en las elecciones de diputados federales de 2015, le arrebató poco más de 8% de los votos al sol azteca. Y de ahí para el real. La merma ha sido tan grande que la reciente jornada electoral no alcanzará llegar al 3% de votos. Triste final.
Aquí en Tabasco mantendrá el registro, superó ese porcentaje en la elección de gobernador (6.85%), de presidentes municipales (12.44%) y diputados locales (9.05%). Aunque pierda el registro nacional, tendrá un senador tabasqueño, José Sabino Herrera, quien entrará como primera minoría a la Cámara Alta.