Cuando el municipio se convierte en riguroso cobrador de impuestos, llegando al domicilio y amenazando al deudor hasta con el embargo de bienes patrimoniales, recibe respuesta inmediata; el ciudadano asustado, busca y traslada su deuda personal con otros y paga, por ejemplo, su impuesto predial o la tenencia y placas de su vehículo. Estas acciones de gobierno municipal y estatal, está muy lejos de ser parte de una política pública.
Sin embargo, logran su cometido, aumentar el ingreso. Pero esta respuesta inmediata del ciudadano, tendrá repercusiones al mediano y largo plazo. El documento con las amenazas es leído por los integrantes de la Familia y es comentado con los vecinos: seguro que se vuelve viral y al corto plazo, hay una respuesta ciudadana que se traducirá en un voto diferenciado y entonces los administradores municipales (no políticos) pagarán estás acciones en las urnas.
Quien ahora es maltratado y amenazado, votará en contra de esa persona o del grupo que representa. Se abona para el contrario, para la oposición. Caso distinto lo vemos a nivel federal, donde se condonan deudas, se ayuda al necesitado y se asegura el patrimonio familiar, aquí se trabaja para el futuro. En Tabasco, hay acciones que responden a una bien trazada política pública.
Un claro ejemplo exitoso se observa en Comalcalco, donde desde hace cuatro administraciones municipales hay continuidad en las políticas públicas y en las políticas del gobierno municipal; hoy, se da continuidad a un proyecto de largo plazo, que es sostenido por la población.
Es decir se fomenta el pago de impuestos, pero mediante una transformación cultural, que como tal, ha llevado tiempo. A los deudores de impuestos no se les amenaza ni maltrata y junto a los que están al corriente de sus pagos, se les apoya con bienes, es decir, el pago de impuestos no es visto por la ciudadanía como la posible pérdida de un bien, sino por el contrario, como un pago que le traerá un aumento patrimonial. Así, hay campañas para pagar en tiempos de mucho calor, porque a cambio, obtendrán del municipio, por ejemplo, enseres para el hogar, para su bienestar.
Esto es fomentar una cultura tributaria impulsada por el municipio y no amenazas directas de dañar el patrimonio familiar. Por ejemplo, los estudiantes de bachillerato, reciben calzado y uniformes para que acudan a la Escuela. Y esto, es levantar el ánimo y lo externo llega al interior, al corazón de los ciudadanos. Se trabaja para el bienestar físico y emocional, teniendo que implementar el intelectual de la Familia.
Este municipio, es un laboratorio, que cuenta con un liderazgo con visión de largo plazo. Este buen procedimiento se observa en Macuspana, que esta semana invita la población a ganar un carro al pagar sus impuestos. La idea es crear políticas públicas tributarias que permitan tener una buena recaudación fiscal, para que los ciudadanos estén gustosos de pagar el impuesto con la certeza que se convertirá en obras, mejoras en la infraestructura de la atención medica y hospitalaria, calles, puentes de calidad que resuelvan la vialidad y permitan que el tránsito vehicular fluya correcta y seguramente, además escuelas de calidad, bibliotecas y centros culturales por comunidades. Sin amenazas de perder sus bienes, ni perder la paz mental.