México enfrenta desde ahora la más sensible de las sanciones de nivel catastróficas por el consumo humano e irrigación agropecuaria que para nada tiene que ver con los aranceles sino una suspensión del «Tratado del Agua» con los Estados Unidos de América signado en 1944, y aplicado por la la «Comisión Internacional de Límites y Aguas»; motivado por la deuda acumulada dese 2009 de este al otro lado; el problema para disponer del recurso hídrico se da en el momento más crítico, el período de sequía que cada año se agudiza aún más y por períodos más prolongados, incidida por el cambio climático.
El «Tratado del Agua» define la asignación de los recursos hídricos de los ríos que corren por la frontera entre México y Estados Unidos, en particular el Río Bravo localizado de este lado y e Rio Grande del otro lado; establece las bases legales para una distribución equitativa; obliga a ambos países a entregarse país cierta cantidad de agua.
México debe entregar 432 millones cúbicos anuales de agua a Estados Unidos del río Bravo a través de las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas, sumado a otros sistemas hidroeléctricos de reciente construcción. Estados Unidos debe suministrar 1 mil 850 millones cúbicos anuales del río Colorado de la Presa Imperial en California. Aunque desde los gobiernos presidenciales precedentes al actual no ha habido un cumplimento en el caso mexicano.
El diferendo escalado a un conflicto con la decisión de un decreto de no suministro emitido por la Casa Blanca, debe deliberarse por la Comisión Internacional de Límites y Aguas, integrada por una sección mexicana y una estadounidense, que vigila y aplica el tratado, en el que ingenieros de ambos países supervisan los proyectos internacionales.
Deberá ser una solución arraigada en una política pública estructural que a la par de instrumentar una permanente campaña de educación cívica a difundir por los medios convencionales de comunicación y redes sociales; aparejado con el fortalecimiento de una educación cívica en el sistema educativo que parta desde la instrucción prescolar. Además, asignar recursos presupuestados sustantivos en el Paquete Económico de la Federación que se asignen a la desalinización del agua del mar, dragado de ríos y lagunas, sin tener que recurrir a la fácil de los perforar pozos.