Para liderazgos en los partidos políticos no hay palabra que valga con la invariable pretensión siempre de violentar las reglas del Estado de Derecho que convienen por mediación de sus diputaciones y senadurías en el Congreso de la Unión. No hay respeto por el Marco Jurídico Electoral yendo por los vacíos que a propósito dejan. No, no hay casualidades en la política que a su modo ejercen y prostituyen.
Carecen del elemental respeto desde sus propios documentos básicos y la autodeterminación propia en la vida interna como entes partidistas que constitucionalmente inscrito en artículo 41 federal debieran ser de naturaleza ciudadanos; promover la participación política y el acceso a las posiciones de poder, aunque por lo contrario se constituyen en franquicias de unos cuantos con nombres y apellidos.
Quienes presumen de inclusión llevada al Estado de Derecho para equiparar las iguales oportunidades en la estructura del gobierno; desde el centralizado, órganos desconcentrados y autónomos, ahora en el interés patriarcal están negados a acatarlo en el entramado electoral.
Es inminente el Acuerdo a emitir por el Consejero General del Instituto Nacional Electoral para que las candidaturas a los 9 Gobiernos Locales en competencia 5 se asignen a mujeres y 4 a hombres, sustentado en los antecedentes de Jurisprudencia por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federal del Poder Judicial de la Federación, y las Acciones Afirmativas internacionales de carácter temporal que promueven una competencia entre el colectivo social hasta lograr la normalización.
Los desfiguros de quienes aferrados al patriarcado asumieron que tenían garantizado el acceso al poder en su entidad federativa. Sin embargo, no hay retorno al pasado cuando la instancia jurisdiccional les negará una eventual impugnación mediante el recurso del juicio para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano. Guste o no, la Ley es la Ley.
El Árbitro Electoral de integración paritaria extendida a los Organismos Públicos Locales, dada por la Reforma de 2014, emitirá un Acuerdo que de observancia general que los partidos políticos tienen y deben aplicar acorde a su libre autodeterminación y a sus métodos previstos en los particulares de designación; además regidas por igualdad de oportunidades sustantivas en posiciones perdedoras y de alta competencia.
La Cámara de Diputados Federal a elegir el 2 de junio de 2024 se integrará una vez más por mitad de 250 congresistas mujeres y hombres, habida cuenta que si por votación directa no se logra la compensación se dará en las posiciones plurinominales en cada una de las 5 circunscripciones, donde se dará que de la listas por partidos que varones aun inscritos podrían quedar afuera para asignar la fémina que le siga en la alternancia. La misma suerte correrá en el senado y congresos locales, en municipalidades en sus postulaciones.
Qué contrasentido, cuando las competencias en coaliciones registrarán a una mujer para el cargo de la Presidencia de la República y una de ellas asumirá el mando.
El pequeño gran vicio de la partidocracia se centra en que la democracia que tanto presumen tener como patrón de conducta en los hechos no la practican, falsamente no la tienen en su mente; se resisten a continuar en la añoranza del pasado, aunque a su modo mantienen la repartición de cuotas y cuates según el mejor postor de garantizarle compromisos.
Los Partidos Encuentro Solidario, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas, que no debieron obtener un registro del árbitro Electoral dado por mandato jurisdiccional, fueron abiertamente una franquicia mercantilista; las posiciones de mayoría recibieron nulo apoyo económico y las plurinominales se negociaron con quien ofreciera más.
El ejemplo vigente lo representa el Partido Verde Ecologista de México que incluso en las reformas político electorales ha sido astuto para negociar y doblar a sus pares; un negocio redondo que para la Jornada Cívica de junio próximo puede llegar a su fin si no logran en lo federal el umbral del 3 porciento en la votación total emitida, al no concretarse el Plan B que incluía una cláusula de vida eterna.
Para la elección de 2018 perdieron su registro el Partido Encuentro Social, aun coaligado a Morena que en la presidencial obtuvo el 53.19 por ciento de la votación; Nueva Alianza en su caso aliado al PRI igual no logró el umbral para revalidar el registro federal, de allí que penden igual el PT y el PRD.
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