La historia del sistema político mexicano es apasionante, interesante y aleccionadora. En el Estado de México, hubo un personaje más que popular en los terrenos taurinos, que sin ser político logró ser presidente municipal de Texcoco ¡hasta en tres ocasiones!
Carisma, tradición y barrio hicieron del "Faraón de Texcoco" uno de los casos más peculiares en la meca de los grupos políticos en el centro del país.
Silverio Pérez, quien marcó época en el toreo mexicano logró tal proyección que el PRI ganaba elecciones sin ningún esfuerzo electoral. La fórmula era sencilla, baños de pueblo a diario con un alejamiento permanente a los círculos de poder.
Al término de su segundo periodo como alcalde, el matador quiso buscar la candidatura por su partido al gobierno del Estado de México confiando en su buena fama y popularidad. Donde se paraba, era mitin seguro.
Luego de una intensa campaña para buscar "la grande", misteriosamente el tricolor se inclinó por un personaje que en nada se le acercaba a la presencia y arraigo del prestigiado torero.
Como la "alta politica" no se da en jarro de pueblo, Silverio Pérez, fue invitado a palacio nacional para platicar con el entonces Presidente de la República, Adolfo López Mateos.
Ya en "Los Pinos" el "Guatemala" lo recibió con un: "Matador qué gusto recibirlo, ¿cómo le va? Oiga, me enteré que el partido no lo nombró candidato, qué pena, hubiese sido un excelente gobernador, la gente lo quiere mucho".
El torero la inquirió al presidente el ¿por qué? enviaban a la elección a un personaje impopular.
La respuesta del Presidente fue taurina: "mire, usted cuando lidiaba a muerte, después de una bonita faena tenía que pedir permiso a la autoridad para entrar a matar ¿no? (el matador asintió) Pues aquí es igual, en política también se tiene que pedir permiso..."
Con esa estocada el torero todavía recibió la invitación presidencial para ir a una tercera postulación como alcalde de su pueblo, al término del cual, se jubiló como político y con el mayor aprendizaje de su vida.
El contexto sirve para analizar a "vuelo de pájaro", la efervescencia que se vive en todos los rincones del estado, tanto al interior de Morena y sus facciones, como en la ruta opositora.
A un año "y cacho" de la sucesión en Tabasco, la lista de los prospectos a suceder a Carlos Manuel Merino Campos, continúa sin mayor alteración. Para algunos son 10 integrantes del handicap guinda, otros abren el abanico a 12 apóstoles de la democracia.
Algunos con el pie en el acelerador, otros más prudentes esperando " luz verde", los hay quienes se miden en una, otra y otra encuesta; sin faltar desde luego los que buscan aprobación en ventanilla equivocada.
En términos políticos pues, en la sucesión del trópico están los que quieren, los que pueden y; los que aún no le han pedido permiso al "Pueblo bueno y sabio".
Esa faena, tampoco se le da a cualquiera.
Kybalión.- Isabel Yazmín Orueta Hernández, recibió su primera lección ayer en materia de debate legislativo en la LXIV legislatura del Congreso Local, luego de responder la intervención en asuntos generales del legislador Juan Álvarez Carrillo, por la falta de atención a una barda a punto de caer en el plantel educativo de la técnica 19 de Macuspana.
La intervención no solo le dio la razón al diputado perredista, si no generó que el gobierno del estado saliera "vapuleado" por el reconocimiento tácito de nula atención a este tipo de denuncias; además de la solidaridad de las fracciones del PRI y del Presidente de la Mesa Emilio Contreras, para buscar una salida al tamaño de la petición, por estar de por medio a vida de escolapios.
La reprobada fue sin lugar a dudas, Rita Galvez. Pero así se aprende, así que, ahí la llevan.