El pasado 7 de enero en la columna Escala Crítica del compañero Víctor Sámano Labastida, del Diario Presente, leí muy interesantes, actuales y oportunas reflexiones. Reflexiones que hoy retomo para realizar mis comentarios. Considero que es necesario hacerlo para que las personas que me escuchen o me lean puedan entender el trasfondo histórico que hace necesaria la reforma energética que viene realizando el gobierno de la 4T.
Nos dice Sámano Labastida que durante pasados sexenios la gran empresa petrolera, Petróleos Mexicanos (PEMEX), fue la caja chica de los “gobiernos revolucionarios”. Estos succionaron de manera sistemática las utilidades de la paraestatal. Después de Lázaro Cárdenas, Pemex se convirtió en rehén de la Secretará de Hacienda y los gobiernos convirtieron a la empresa en su vaquita lechera, víctima de una ordeña escandalosa hasta dejarla anémica y con una inmensa deuda.
Las utilidades succionadas de PEMEX sirvieron para cubrir buena parte de los programas sociales, de inversión del gobierno federal y para pagar parte de los servicios de la deuda. Este saqueo sistemático terminó por devorar la gallina de los huevos de oro.
En el periódico La Jornada del 4 de noviembre de 2012 leemos un amplio y rico estudio de Israel Rodríguez del cual tomamos los siguientes datos: Sólo durante los dos sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, de sus utilidades PEMEX aportó al fisco un monto superior a la deuda pública. Durante esos doce años la paraestatal aportó a las arcas gubernamentales, vía impuestos, 6.4 BILLONES de pesos mientras que la deuda pública era de 5.6 BILLONES.
Paradójicamente, casi una burla que abusa de la ignorancia del ciudadano común, a pesar de esos inmensos ingresos de PEMEX la Secretaria de Hacienda y la propaganda neoliberal nos presentó siempre a la paraestatal como una empresa no rentable y, por lo mismo, con una deuda estratosférica. Esa misma propaganda amañada de la derecha nos decía que por ello había que privatizarla. Por ser la vaquita lechera de Hacienda a la que se ordeñó año con año, la deuda de PEMEX creció 325 por ciento, de 2001 a 2012. Durante los doce años de gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón la deuda de esa paraestatal creció de 434 mil millones de pesos a un billón 345 mil millones de pesos.
El mismo Israel Rodríguez nos dice que en el anuario estadístico de 2012 leemos que de 2001 al 2011 la empresa PEMEX tuvo ventas acumuladas por 10 BILLONES, 712 mil millones de pesos, pero en ese mismo periodo la paraestatal aportó al fisco 5 BILLONES 724 mil millones de pesos que significó el 53,4 por ciento de sus ventas. Además de enero a septiembre de 2012, PEMEX aportó a Hacienda otros 688 mil 700 millones de pesos. Por el contrario, en total contraste, las 30 empresas privadas, las más grandes, y que cotizan en la BMV que tuvieron ventas por 2 Billones 777 mil 223 millones de pesos, pero sólo pagaron al fisco 124 mil millones de pesos, es decir, el 4.5 por ciento de sus ventas, porcentaje que contrasta con el 53 por ciento de sus ventas que aporta PEMEX.
No olvidemos además que muchas de esas grandes empresas privadas, hasta antes del gobierno de la 4T, vivían cobijadas bajo el sistema de condonación y elusión de impuestos. (Mañana: Pemex y Tabasco, la historia)