En este momento el rol de los jóvenes es tan rápido que no están pensando en las elecciones de 2024. Simplemente no es su prioridad. Por ello, es urgente que los candidatos hagan un plan a favor de este grupo menor de 29 años, con el fin de ganar sufragios, porque luego en ese vacío anida el abstencionismo.
Algunos números muestran que existen ciertos segmentos generacionales que pueden marcar a un ganador o perdedor. Las Z z y millennials que hace seis años votaron por primera vez para elegir presidente. Algo interesante es que se habla de que los jóvenes alcanzan los 30 millones en el padrón electoral. Pero una mayoría no vota.
Sin embargo, en las elecciones federales y locales de 2018 destaca la aportación de los jóvenes de 18 años, que superaron la media nacional, al participar el 64.7 por ciento, aunque disminuyó entre los de 19 hasta los 34 años, que junto con los de 80 o más, fueron el grupo con mayor abstención.
El documento destaca que, los grupos de edades jóvenes y jóvenes-adultos entre los 19 y 34 años, en conjunto concentran más de 33 por ciento de la Lista Nominal, equivalente a 29.7 millones del electorado, de los cuales votaron poco más de 16 millones.
Los niveles más altos de participación se ubican en el electorado con rangos de edad de 60 a 74 años, con más de 72 por ciento. No obstante, la población total de estos tres grupos de edad equivale apenas a 14 por ciento de la Lista Nominal, lo que significaría 9 millones de votantes de los poco más de 89 millones inscritos.
¿Cuál será el comportamiento en 2024? ¿Sirvieron para jalar el voto los programas sociales?