Pan y circo

En su Sátira X el poeta romano Juvenal, quien vivió entre los años 60-132 de nuestra era, criticó la costumbre de los emperadores de regalar trigo y entradas a los juegos circenses como una forma de mantener tranquila a la población.

En su Sátira X el poeta romano Juvenal, quien vivió entre los años 60-132 de nuestra era, criticó la costumbre de los emperadores de regalar trigo y entradas a los juegos circenses como una forma de mantener tranquila a la población. A esta estrategia la denominó "Panem et Circenses", expresión que se traduce como "pan y juegos de circo", o bien como se dice hoy en día: "pan y circo".

          A esta costumbre, a fuerza de ser justos con la historia contemporánea, la han adoptado gobiernos en todas las regiones del planeta, y casi siempre con resultados positivos para las administraciones en turno, pero el éxito, con la intención de seguir siendo certeros, se debe a que la práctica incluía las dos partes de la fórmula, o sea: pan y circo, juntos, de la mano, porque si sólo hay una el resultado es fallido.

          Lo descrito en las líneas anteriores se refiere a lo tradicional, a esa forma de ejercer el gobierno por parte de la clase en el poder. Pero en México existe una versión que durante casi cuatro décadas ha mostrado uno de los partidos políticos que durante doce años (2000-2012) ya estuvo al frente de la presidencia del país, versión que hoy en día ha alcanzado niveles insospechados a pesar de que este instituto político está mermado y ocuparía un nada agraciado cuarto lugar en la preferencia ciudadana si el día de hoy fuesen las elecciones para el congreso federal.

          Cuando nació el PAN, el 16 de septiembre de 1939, sus fundadores mostraban la cara formal de la opción conservadora, cristiana, no socialista, apegada al estado de derecho, anti revolución mexicana y anti Lázaro Cárdenas, tanto era así que los que dicen saberlo todo comentan que los hombres ataviados con sus trajes oscuros, sus camisas blancas y sus corbatas de color serio, parecían curas, capellanes, sacristanes, abogados o tinterillos, y las mujeres con sus trajes sastre y vestidos por debajo de las rodillas, se confundían con las damas de la caridad o de la vela perpetua. Pero también dicen que todo cambia. Y pues, sí, eso es así, y que todo empezó de cara al proceso electoral de 1988.

          Primero fue el arribo de los "bárbaros del norte", como se le conoció a esa camada de empresarios del campo, así como de altos directivos de empresas y comercios, todos del norte del país, encabezados por el sinaloense Manuel Clouthier del Rincón, quienes con actitudes de desparpajo, informalidad y "sinceridad norteña", se hicieron del control del PAN y de su candidatura a la presidencia del país, en un proceso y una jornada caracterizadas por el fraude efectuado desde el aparato gubernamental.

          Después siguió con Vicente Fox, quien fue un alto ejecutivo de la empresa Coca Cola que llegó a la presidencia del país en 2000, y que antes, siendo diputado federal durante la calificación de la elección de 1988, se puso en las orejas un par de boletas electorales, hecho celebrado por muchos y que se puede decir es verdaderamente la catapulta de lo que hoy se vive en el Congreso de la Unión: primero y en menor medida, en el pleno de la cámara de diputados con la plurinominal Kenia López Rabadán a la cabeza; y después en mayor medida en el pleno de la cámara de senadores con las actitudes de pena ajena de la plurinominal Lilly Téllez y sus acólitos los también plurinominales Ricardo Anaya y Marko Cortés (aunque en apego a la verdad, toda la bancada panista participa de comparsa). Pero también hay que reconocer que durante los años 2018-2024, el salón del pleno del senado llegó a confundirse con una pista de circo por las actuaciones de estas mismas legisladoras (Rabadán y Téllez) acompañadas por la entonces senadora Xóchitl Gálvez.

          La filóloga española Irene Vallejo, en su libro "Alguien habló de nosotros" afirma que las campañas electorales son eliminatorias entre "funambulistas" y un "espectáculo de equilibristas", y durante el pasado proceso eso fue lo que mostró ser la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México (alianza encabezada por el PAN), quien día a día se comportó como si estuviese en una función de circo con sus gracejadas y tropiezos que hasta parecían ensayados para ser representados en una actuación circense, y también día a día daba la impresión de que por perder el equilibrio se caía de la cuerda pero era salvada por la red protectora de sus poderosos amigos en su papel de socios de una empresa de espectáculos, hasta que el domingo 2 de junio de 2024 ya no lo pudieron hacer.

          En fin, y como se puede ver cada día, en México se está viviendo la punta de esa tropicalización del "pan y circo" tradicional, convertido en "PAN y circo". Pero habrá que preguntarse si después del proceso electoral de 2030 continuará esta compañía de circo o será sustituida por otra.