Lo sucedido en Sinaloa el 5 de enero pasado demuestra la violenta fortaleza de los carteles de las drogas que operan en nuestro país y nos lleva a reflexionar que de subsistir esta situación, el riesgo de que cualquier familia mexicana viva hechos de terror y muerte como en aquella castigada entidad del norte está latente, es real.
El combate a los carteles de la droga que operan en México, aún con las últimas políticas del régimen, acciones y el uso de inteligencia militar, alcanzar la anhelada paz parece eternizarse. Ojalá las jóvenes generaciones alcancen ese privilegio. Por el momento para quienes ya alcanzamos la madurez o vivimos la tercera edad no hay esperanza de regresar, por lo menos al país que alguna vez gozamos en el que niños y jóvenes jugaban libremente y sin riesgos en las calles o espacios públicos.
Un peor panorama visualizamos para las mujeres, ante la ola de violencia, feminicidios y desapariciones, que cubre todo el territorio del país; sobre todo en los estados en donde el crimen organizado del narcotráfico se ha asentado.
Con desaliento observamos que las cifras de crímenes contra mujeres, a pesar de las protestas y exigencias por acciones efectivas que los detengan, se elevan de manera vertiginosa; por un lado, porque para los gobiernos tanto federal, estatales y municipales el problema es tan menor que ni siquiera se sienten obligados a registrarlos con puntualidad y precisión. Pero son autoridad y es su responsabilidad, en todos los órdenes.
Sucede quizá en parte porque no se tiene un panorama preciso del problema. Las pocas políticas y acciones implementadas para combatir ese flagelo han resultado fallidas e ineficientes, entre ellas las "Alertas de Género", también por la ineficacia de las autoridades de procuración de justicia y judiciales que alientan la impunidad.
En referencia a los sucesos recientes en Sinaloa, Berenice Chavarría, reportera de la agencia feminista Cimac, escribió en una nota periodística de enero de este año que tan solo en la última década, en esa entidad, cuatro de cada diez casos de feminicidio se cometieron con arma de fuego. Así lo registran las cifras de la Coordinación General del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
María Selguero Bañuelos, geofísica e investigadora que se ha hecho toda una experta del feminicidio relacionado con el narcotráfico, realizó un seguimiento de los crímenes dolosos en todo el país, a través de la prensa, de 2016 al 2020, para crear un Mapa de Feminicidios en México que se publicó en ese último año.
En el mismo se observa que no hay estado, de norte a sur de la República Mexicana, en el que no se observen cruces que simbolizan las víctimas de estos crímenes. Seguiremos con el tema y las conclusiones de Selguero Bolaños.