Aunque existen en todo el mundo, las primeras lenguas han sido subordinadas desde la conquista y colonización, imperando una visión eurocentrista que históricamente ha impulsado sólo a algunos idiomas dominantes. En Latinoamérica estas lenguas maternas de gran diversidad cultural han pasado a ser segundas lenguas, ya que el español, el portugués y hasta el inglés y el francés, se imponen hegemónicamente.
Sin embargo, muchas lenguas originarias han resistido y permanecen con su riqueza cultural, como el maya, náhuatl, tzotzil, tzeltal, mixteco, zapoteco, otomí, totonaca, chol y el mazateco, entre otros. A propósito del Día Internacional de la Lengua Materna y de acuerdo con la UNESCO, en el mundo se hablan más de 7 mil idiomas, de los cuales el 95% son lenguas indígenas. Cerca del 50% de estas lenguas maternas están en riesgo; al extinguirse desaparecerá parte de la memoria de la humanidad. Si la diversidad biológica es un gran tesoro, la diversidad cultural y lingüística lo es aún más. La riqueza lingüísticas contribuye a abrir nuevos caminos al pensamiento, la comunicación y la creatividad.
La expansión y extinción lingüísticas han tenido varias causas que no son excluyentes. Violencia: Guerras, invasiones y colonizaciones han hecho desaparecer físicamente a los hablantes de una lengua o cambiarla por otra. Desastres naturales y epidemias: Volcanes, deslaves, huracanes y tsunamis han diezmado poblaciones, y obligado a sus hablantes a refugiarse en otra cultura, adoptando su lengua y costumbres. Las epidemias, como el sarampión, viruela y la fiebre del caucho, que extinguieron pequeñas comunidades y culturas por toda América. Presión económica: Los hablantes suponen que sus hijos tendrán mejor futuro si aprenden una determinada lengua; en 2 o 3 generaciones la lengua original desaparecería. Prestigio cultural: Cuando una lengua extranjera obtiene prestigio y la élite cultural y económica comienza a usarla, invade la periferia geográfica y cultural. Los niños dejan de aprender su propia lengua. Así, el latín y el antiguo elamita desplazaron varias lenguas durante la expansión del imperio romano y del persa. Matrimonios mixtos: Minorías étnicas y lingüísticas en matrimonios mixtos con personas de otras lenguas con mayor importancia socioeconómica, truncan su cultura para ofrecer a sus hijos un futuro con mas oportunidades y menos discriminación; fenómeno típico en Norteamérica y Europa con la migración, y en las urbes de todo el mundo con familias de ascendencia indígena o rural. Todo ello ha provocado que solo 10 lenguas sean las hegemónicas; 2 de cada 3 habitantes del planeta hablan Inglés, Chino, Hindi, Español, Francés, Árabe, Bengalí, Portugués, Ruso o Urdo. Por el contrario y con tristeza, cada 2 semanas una lengua materna desaparece.
En México, durante la Conquista y hasta la Revolución, perdimos unas 150 de las más de 500 lenguas que nutrían nuestra multiculturalidad. Y de acuerdo con datos del INALI, de ésas que aún sobreviven, 60 se encuentran a punto de desaparecer si el estado y sus políticas públicas no emprenden acciones de revaloración o rescate; con menos de 100 hablante morirían en 20 años o menos. Languidecen en Baja California, Campeche, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Oaxaca. Las estadísticas y estimaciones muestran números muy bajos de hablantes, con localidades donde existe solo un par de familias, 2 o uno solo. Aunado a esta desgracia, se encuentra la exclusión y las escasas alternativas de educación para ellos. Según el INEGI, más de 2 de cada 10 hablantes de una lengua indígena es analfabeta, y apenas la mitad de todas las localidades indígenas tienen una escuela primaria intercultural bilingüe.
Fomentar y promover una educación basada en la lengua materna e introducir gradualmente otra como el español, les permitirá aprender mejor y desarrollar habilidades sociales, laborales y productivas, alcanzando mejores niveles de vida sin perder su cultura. Cuando una lengua materna muere, la humanidad se hunde más. (drulin@datametrika.com/ Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)