Tanto la depresión como la obesidad son problemas comunes en la población a nivel mundial, siendo por ello unas de las principales preocupaciones de la salud pública actual. Ambas enfermedades se asocian con una mayor mortalidad e impactan significativamente en el aspecto económico en quienes la padecen, por el deterioro funcional que causan y el gasto en salud que conllevan.
Gran cantidad de estudios epidemiológicos han confirmado la asociación entre depresión y obesidad como afecciones médicas habituales de los cuales se desprende que tanto la depresión como la obesidad son trastornos con desregulación del sistema de estrés.
Ambos trastornos no ocurren en un individuo como comorbilidades, sino que ambas se influyen mutuamente en la presentación, trayectoria y resultado. Por lo tanto, una relación bidireccional y convergente sería una descripción más precisa. Además, se han descrito superposiciones de una serie de factores de riesgo genéticos y ambientales, así como de mecanismos patológicos en todo el cuerpo. Del mismo modo, a nivel social, la presencia de ambas condiciones genera deterioro en la funcionalidad, aislamiento, rechazo o burla, lo que empeora la condición afectiva.
Un mayor peso corporal se asocia con mayores dificultades para estabilizar los síntomas de la depresión, por lo tanto es razonable postular que la disminución del peso corporal ayudaría a mejorar los síntomas depresivos. Dentro de los métodos más efectivos para control de obesidad, tanto el manejo farmacológico específico del control del apetito como el manejo con cirugía bariátrica han sido estudiados en pacientes con obesidad. Así mismo, el tratamiento con antidepresivos en pacientes con obesidad ha mostrado mayor eficiencia en el control del estado metabólico, mejor apego a tratamientos médicos y a planes de alimentación así como a ejercicio fisico, pues al sentirse mejor anímicamente, el paciente es mucho mas cooperador a las actividades prescritas.
La obesidad y el Trastorno Depresivo son enfermedades de alta prevalencia y poseen una clasa asociación en común, la cual podría corresponder a un efecto directo a nivel de la toxicidad cerebral que genera la obesidad. La concurrencia de ambos está altamente asociada con resultados adversos para la salud. Los resultados en obesidad y trastornos depresivos pueden ser mejorados si se logra un enfoque más integral y multidisciplinario, que tome a estas dos patologías y su coexistencia en consideración. (Psiquiatra/Paidopsiquiatra)